Tres tecnologías que están transformando el sector legal
La IA, la realidad virtual y la computación cuántica están impulsando la evolución del sector legal, ayudando a optimizar procesos y resolver tareas tanto cotidianas como especializadas.
Tecnologías como la electricidad o la internet rompieron paradigmas en su época, pero con el tiempo se integraron en nuestra vida cotidiana. De manera similar, los grandes modelos de lenguaje (LLM, por sus siglas en inglés), una innovación revolucionaria hace apenas dos años, hoy se han convertido en herramientas clave en sectores como el legal, optimizando procesos y resolviendo tareas cotidianas, técnicas y especializadas.
Sin embargo, el desarrollo e implementación de la inteligencia artificial (IA) ha acelerado el desarrollo de nuevas tecnologías. Para el 2025, se esperan desarrollos para tecnologías como la realidad virtual y la optimización de hardware; asimismo, la IA comienza a transformar los sistemas centrales de los negocios para hacerlos más eficientes. En paralelo, el desarrollo de una nueva tecnología mantiene al mundo con altas expectativas: la computación cuántica, que implica retos importantes para el sector legal.
¿Qué sigue para la inteligencia artificial?
Los grandes modelos de lenguaje siguen evolucionando a un paso acelerado. Para finales del 2024, se estimaba que el 70 % de las empresas utilizaba alguna herramienta de IA en sus procesos internos. Hoy en día, es impensable quedarse atrás en la utilización de la inteligencia artificial.
Mientras que algunos actores le han apostado a ampliar las bases de datos que se utilizan para nutrir sus modelos, otros comienzan a desarrollar pequeños modelos de lenguaje, mucho más especializados para realizar sus tareas con mayor precisión. Incluso, para los próximos 18 a 24 meses, se espera el desarrollo de IA “con agentes”, donde el resultado esperado es una acción en concreto.
Los pequeños modelos de lenguaje optimizan los procesos de los grandes modelos de lenguaje desde la base de datos que los alimenta, para obtener resultados mucho más sofisticados o especializados. En la industria legal, por ejemplo, un pequeño modelo de lenguaje es útil para obtener respuestas más confiables y precisas a través de la recuperación de información de base de datos altamente especializadas en la materia. Por ejemplo, en Hogan Lovells hemos integrado IA en nuestra herramienta Eltemate, que ofrece apoyo para la gestión de negocios legales. Asimismo, nuestro chatbot CRAIG fue entrenado con datos de alta calidad para proporcionar resultados sólidos en formatos personalizados, que cumplen con los resultados que necesitan los profesionales legales en todas las industrias.
Por otro lado, la IA basada en agentes podría ser útil en la optimización de procesos mecánicos y tareas diarias. En Reino Unido, LawGeex utiliza IA con agentes para evaluar documentos legales frente a las políticas corporativas, lo que permite a las empresas firmar contratos de bajo riesgo de manera automática, sin intervención humana.
La aplicación de los avances de la IA también abren la conversación a la justicia predictiva. En la medida en que los algoritmos se vuelven más sofisticados, surgen debates sobre el papel de la IA en la emisión de decisiones judiciales. Estas herramientas utilizan algoritmos avanzados y aprendizaje automático para analizar patrones en datos legales y predecir resultados de controversias. Por ejemplo, un sistema de justicia predictiva podría sugerir probabilidades de éxito de un caso basado en hechos similares resueltos anteriormente.
No obstante las bondades de la justicia predictiva, su aplicación plantea retos importantes. La dependencia excesiva en la tecnología podría generar sesgos implícitos si los datos utilizados para entrenar los modelos no son representativos o contienen prejuicios. Adicionalmente, se reduce la decisión de casos complejos a probabilidades matemáticas. La posible implementación de estos procesos debe acompañarse de regulaciones que garanticen transparencia, imparcialidad y vigilancia humana.
De cualquier forma, la inteligencia artificial llegó para quedarse. Los negocios que no destinen parte de su presupuesto a invertir en estas herramientas, serán rápidamente rebasadas por sus competidores que sí lo hagan.
Realidad Virtual: ¿una nueva herramienta para los espacios judiciales?
La realidad virtual es una tecnología que crea entornos inmersivos tridimensionales mediante dispositivos como visores y controladores de movimiento. Esta tecnología permite a los usuarios interactuar con espacios simulados como si estuvieran realmente presentes en ellos. En el contexto legal, la realidad virtual emerge como una herramienta útil y poderosa para transformar los procesos judiciales.
Las audiencias virtuales permitirían que las partes involucradas fueran capaces de prepararse para una audiencia y participar desde cualquier lugar del mundo, reduciendo costos y con miras a buscar una justicia más democrática. Además, la realidad virtual puede utilizarse para presentar pruebas con precisión, sin que sea necesario que las personas juzgadoras acudan directamente al lugar de los hechos, proporcionando perspectivas más claras.
Por ejemplo, la empresa de tecnología Immersonal, diseñó un software de realidad virtual para apoyar a víctimas a prepararse para una audiencia; el software fue piloteado en la Corte Penal Internacional. Asimismo, países como Colombia y China han sostenido audiencias en el metaverso.
Computación cuántica y los retos inminentes que trae a la ciberseguridad
La computación cuántica es una tecnología emergente que aprovecha los principios de la mecánica cuántica para procesar información de manera exponencialmente más rápida que las computadoras clásicas. A diferencia de los bits tradicionales, que pueden ser 0 o 1, los bits cuánticos (qubits) pueden existir en múltiples estados simultáneamente gracias al fenómeno de la superposición.
Las aplicaciones de la computación cuántica son enormes. El desarrollo de esta tecnología podría impulsar avances en campos como la química, la medicina y la inteligencia artificial, resolviendo problemas que actualmente no es posible atender debido a las limitaciones de las computadoras clásicas. En el ámbito legal, la computación cuántica podría transformar el análisis de datos, permitiendo procesar y correlacionar información de manera mucho más eficiente. Se vislumbra su uso para desarrollar herramientas avanzadas para la resolución de disputas y negociaciones complejas, simulando escenarios con una precisión sin precedentes.
Empresas como IBM están desarrollando sistemas de computación cuántica que podrían aplicarse en sectores como el financiero y legal, optimizando contratos inteligentes y resoluciones arbitrales.
Sin embargo, también trae consigo importantes retos. Uno de los mayores riesgos es la vulnerabilidad de los sistemas de cifrado actuales, que podrían ser descifrados por computadoras cuánticas en minutos. Esto subraya la necesidad urgente de desarrollar sistemas de criptografía poscuántica para proteger información sensible y garantizar la seguridad de los datos.
La inteligencia artificial, junto con tecnologías emergentes como la realidad virtual y la computación cuántica, está transformando el sector legal. Aunque su implementación plantea retos éticos y regulatorios, también ofrece oportunidades para democratizar el acceso a la justicia, optimizar procesos y abordar problemas complejos de manera innovadora. Aquellos que no adopten estas herramientas corren el riesgo de quedar rezagados frente a competidores que sí lo hagan. Sin duda, la tecnología ha llegado para quedarse, y el sector legal debe prepararse para un futuro que ya está aquí.
Nota de la editora: La columna fue editada por estilo editorial.
Omar Guerrero Rodríguez es socio director de las oficinas de la Ciudad de México y Monterrey en Hogan Lovells. Es un litigante experimentado, con una sólida trayectoria en litigios comerciales y administrativos, incluidos casos de discriminación. Autor de más de 45 artículos sobre competencia económica, litigio, arbitraje y tecnologías digitales, ha impartido clases a nivel licenciatura y maestría sobre estas materias. Es licenciado en Derecho por la Universidad Iberoamericana, con maestría en Procedimientos de Amparo Constitucional, una maestría con honores LL.M. por la London School of Economics and Political Science, y posgrados en Derecho Comercial y Transacciones de Negocios Internacionales por la Escuela Libre de Derecho. Es director de la sección de Competencia Económica de la Barra Mexicana de Abogados, miembro de la Barra Mexicana Colegio de Abogados y miembro de US Mexican Bar Association.