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La trazabilidad en la cadena de suministro de los medicamentos
El uso de blockchain para tener una trazabilidad precisa e inalterable de los productos farmacéuticos está ayudando a luchar contra la falsificación, el robo y el contrabando de medicamentos.
La falsificación, robo y contrabando de medicamentos es un problema que ha aquejado a la industria farmacéutica por mucho tiempo. El estallido de la pandemia los ha agravado por el gran desabasto de principios activos, la disminución de inventarios de medicinas y las dificultades económicas que afectaron a varias regiones.
Para muchos pacientes, era por demás complicado conseguir los medicamentos para el tratamiento del COVID-19, así como para otras enfermedades como el cáncer, la diabetes y el VIH-Sida. Satisfacer la gran demanda no fue sencillo para laboratorios farmacéuticos, distribuidores, farmacias y gobiernos, quienes tenían que buscar los medios para conseguirlos y ponerlos al alcance del público.
Esta combinación de factores contribuyó al rápido crecimiento de un mercado ilegal que obtenía jugosas ganancias. A nivel mundial, se advierte un aumento continuo en la venta de medicamentos apócrifos. Se estima que el mercado negro de medicinas genera ganancias cercanas a los $1.500 millones de dólares anualmente.
En México, las cosas no son distintas. La Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (CANIFARMA) reporta que alrededor de ocho millones de personas adquieren medicamentos robados o falsificados. Constantemente, se emiten alertas sobre falsificación o robo de medicamentos oncológicos, antihipertensivos, antibióticos, antirretrovirales y vacunas, entre muchos otros.
¿Cuáles son las repercusiones de una problemática de esta naturaleza? Son muy amplias: desde un efecto nulo en el organismo de los pacientes, hasta poner en serio riesgo su salud. La reputación de las marcas se ve también seriamente afectada: desde la pérdida de credibilidad en los tratamientos, hasta la reducción de sus ventas e ingresos, así como un impacto negativo en sus iniciativas de investigación y desarrollo.
En este contexto, las autoridades gubernamentales de salud y organizaciones privadas están realizando acciones enfocadas en el aumento y reforzamiento de los requisitos regulatorios y la vigilancia de su cumplimiento en la producción, monitoreo del contenido, envasado y etiquetado durante la distribución y venta, tanto en establecimientos públicos y privados, a donde los pacientes acuden a surtirse de sus medicamentos.
Para esta tarea, la tecnología tiene un rol fundamental ya que permite dar un seguimiento estricto a cada producto farmacéutico en su recorrido, a fin de garantizar su integridad y que no sea alterado o falsificado, además de que no represente riesgos para la salud de la población. La trazabilidad, que permite hacer un seguimiento minucioso en su recorrido de principio a fin, es un proceso que aprovecha innovaciones como blockchain, o cadena de bloques, que se ha aplicado con éxito en el sector farmacéutico gracias, en buena medida, a su capacidad de cambiar radicalmente los modelos de negocio y potenciar la interoperabilidad entre sistemas.
De este modo, es posible integrar un gran volumen de información y garantizar que no pueda alterarse, al igual que ofrecer altos niveles de transparencia y auditabilidad, factores críticos para la producción y distribución de medicamentos. La trazabilidad permite seguir la huella digital que deja el recorrido de un medicamento, registrando la información sobre cada movimiento que éste ha tenido y con cada miembro de la larga cadena de distribución.
Los jugadores de la industria farmacéutica están bastante conscientes de la importancia de la trazabilidad para el crecimiento y permanencia en el mercado. Entienden que, cuando se produce un fármaco, pasa por distintas manos hasta llegar al paciente, y que es su responsabilidad tener bajo control el recorrido punto a punto que el producto realiza.
De este modo, también es posible evitar la falsificación, detectar si un lote ha sido robado o si es un producto que se ha introducido ilegalmente al mercado. Para los distribuidores, es esencial tener acceso a información precisa sobre el trayecto de los medicamentos, las rutas que siguen los camiones, si éstos se desviaron, la fecha de caducidad y los movimientos de inventarios, con el fin de poder garantizar que llegan a su destino sin que hayan sido sustraídos o alterados.
Incluso en el caso de las vacunas contra el COVID-19, por ejemplo, es posible tener un reporte detallado, por ejemplo, de si el biológico estuvo a la temperatura indicada (cadena de frío), si el sistema de congelamiento funcionó siempre o si se apagó en algún momento.
Además de procesos y tecnología, la trazabilidad se apoya en la cultura organizacional y en la normatividad. Este último componente es esencial porque va a establecer las reglas del juego a las cuales la industria farmacéutica y los organismos de salud pública tendrán que apegarse, y que evolucionan constantemente.
Si bien es responsabilidad de los legisladores, el sector privado puede contribuir a la creación de dichas reglas, procurando poner a los pacientes en el centro, y trabajando porque trasciendan las distintas administraciones federales y agnósticas en cuanto a las ideologías políticas de cada gobierno.
La transferencia de la custodia de los medicamentos y su garantía de autenticidad son aspectos donde la trazabilidad, apoyada en innovaciones como blockchain, aporta beneficios importantes. Destaca el hecho de que permite interoperar con una plataforma transparente y con registros que son inalterables, además de crear una huella digital que incorpora factores como la identificación, lugar y momento de recolección, atributos de calidad y seguridad, condiciones de transporte y almacenamiento y certificaciones, entre otros. A lo anterior se añade una percepción mejorada de las marcas, la protección frente al fraude y las falsificaciones, así como la integración de mecanismos de auditoría y colaboración.
La trazabilidad seguirá siendo, por todo ello, crítica para asegurar la autenticidad de los medicamentos y brindar a la industria farmacéutica una infraestructura que garantice la inalterabilidad de la información, así como establecer relaciones de confianza ofreciendo transparencia a cada uno de los integrantes del ecosistema farmacéutico.
Sobre el autor: Guillermo Bilbao es director del negocio «phygital» y director de Salud y Energía de Minsait (empresa de Indra) en México. Tiene más de 10 años de experiencia como consultor en gestión y tecnología, y se ha enfocado en entregar valor a los clientes y ayudar a desarrollar la carrera de consultores. Anteriormente trabajó en PA Consulting Group e IDOM Consulting.