La evolución hacia un almacén inteligente
Un almacén automatizado puede ayudarle a aumentar la productividad, reducir las pérdidas y mejorar la productividad de su distribución.
La necesidad de eficiencia, de aumento en la productividad y de reducción de pérdidas ha generado que las compañías busquen mayores beneficios en la manera en que resguardan su mercancía. Los almacenes de las empresas están cambiando conforme al ritmo del mercado, de modo que las grandes bodegas atiborradas de mercancía están en vía de desaparecer al establecerse nuevos centros de distribución que se están convirtiendo en modelos para el mercado interno y las exportaciones.
Es una realidad que estamos ante la era del almacenamiento inteligente. Debido a los requerimientos del mercado, las compañías están construyendo grandes superficies como puntos de distribución, dotándolos del equipo necesario para disponer de su mercancía de la manera más adecuada. Capacidad, distancia de los puntos de comercialización y disposición de productos son algunos de los elementos clave a la hora de especificar la ubicación, construcción y organización de un punto de distribución. Todo debe estar relacionado favorablemente para una operación adecuada del negocio.
Hoy, almacenar va más allá de la acción que supone guardar algo; se ha convertido en una actividad que requiere de distintos procesos tecnológicos que contribuyen directamente al crecimiento de una compañía. Utilizar procesos automatizados dentro de un almacén genera beneficios casi de manera inmediata, tales como una mayor velocidad en las actividades del punto de distribución, un mayor control de mercancías, además de una mejora en la precisión de resultados y una reducción de la mano de obra.
En la actualidad, grandes empresas de retail, además de cadenas de tiendas y farmacias, están implementando centros de distribución automatizados y requieren cada vez más de compañías especializadas para el cumplimiento de estándares, tanto en la etapa de construcción, como en la de operación. Sin embargo, mientras estas compañías ya están estableciendo la “automatización” como una premisa en sus procesos de logística y almacenaje, las pequeñas y medianas empresas aún se enfocan únicamente en temas de costo en su visión de estas soluciones.
A diferencia de hace algunos años, hoy los espacios de ventas están cada vez más saturados por la gran cantidad de productos que ahí se comercializan. Esto supondría la necesidad de contratar a cientos de personas para el manejo de la mercancía en el centro de distribución, o bien automatizar las operaciones de este espacio. En el primer escenario, el proceso sería más lento, pues requeriría de una gran plantilla laboral con una estupenda coordinación; con la segunda opción nacen los almacenes inteligentes, es decir, espacios en los que las tareas de logística se ven apoyadas por herramientas tecnológicas que buscan una mayor eficacia, a un menor costo.
Entre los beneficios de contar con procesos automatizados al interior de un almacén, es evidente que existe una reducción de tiempos de procesos, además de un mayor control de entrada y salida de mercancía; también hay una mejora en la precisión entre los resultados reales y los planeados, sin olvidar el ahorro en el costo de mano de obra.
El retorno de inversión en un almacén inteligente se ve reflejado en 6 a 8 meses, dependiendo de la cantidad de elementos que se haya considerado y de la tecnología que se utilice en cada caso.
Acerca del autor: Connie Mayer es directora de distribución y canales para Intermec Latam.