Hiperautomatización es la automatización con máxima potencia
Al aprovechar el poder de innovaciones como la inteligencia artificial, la hiperautomatización ofrece grandes capacidades a las empresas.
Se podría decir que hay una afortunada coincidencia. Por un lado, las empresas mexicanas reconocen un déficit en materia de automatización de procesos. Según distintos estudios, el 42,8 % de las organizaciones del país considera que su nivel de automatización de tareas resulta insuficiente para la transformación digital del negocio, de ahí que el 83% de las compañías esté priorizando las inversiones en tecnologías que automatizan procesos y sistemas.
Mientras estas organizaciones buscan ideas y recursos para atender su carencia, la innovación tecnológica sigue fortaleciendo un modelo de automatización que establece nuevas y mejores posibilidades: la hiperautomatización.
Aquí radica la feliz oportunidad de las organizaciones de México: olvidarse de conceptos previos e instalarse directamente en el ámbito más avanzado de la automatización de procesos.
Una visión diferente de la automatización
La hiperautomatización es un modelo tecnológico que, combinando distintas innovaciones, habilita la automatización de procesos más complejos en los que la participación humana parecía imposible de eliminar. Frente a lo que podríamos llamar una automatización “típica”, esta opción se puede encargar de tareas que involucran sofisticados análisis de información, con la meta de extraer perspectivas que agilicen y fortalezcan la toma de decisiones.
Es decir, no es una automatización enfocada en procesos simples, con límites en su capacidad de respuesta. La hiperautomatización es una automatización que tiene un claro enfoque estratégico: asume actividades que convierten a la información corporativa (masivas cantidades de datos heterogéneos) en piezas de conocimiento que resultan muy importantes para la conducción de un negocio. Dichas tareas, por lo regular, están en manos de personas, quienes para extraer algún insight valioso deben lidiar con procesos repetitivos, tediosos y lentos.
Las capacidades de la hiperautomatización se basan en el uso combinado de distintas tecnologías avanzadas. Un despliegue de esta innovación, en opinión de la mayoría de los analistas, debe incluir cinco tecnologías esenciales:
- Inteligencia artificial (IA)
- Automatización robótica de procesos (RPA, por sus siglas en inglés)
- Aprendizaje automático (machine learning o ML)
- Reconocimiento óptico de caracteres (OCR, por sus siglas en inglés)
- Low code (Bajo código, método de desarrollo de software que facilita y acelera hasta en 50 % la creación de aplicaciones).
Algunas consultoras, cuando definen los pilares de la hiperautomatización, añaden a este universo la tecnología de minería de procesos (process mining).
La propia madurez de las distintas tecnologías, que se apoya fuertemente en las nuevas soluciones de hardware y software –cada vez más aptas para almacenar, gestionar y procesar cantidades gigantescas de información–, es un factor clave en el avance de las implementaciones de hiperautomatización. De hecho, las empresas están respondiendo favorablemente a la posibilidad de combinar innovaciones –IA, bajo código, RPA, etc.– en el campo de la automatización de procesos.
De acuerdo con proyecciones de Gartner, en 2024, las empresas del mundo reducirán sus costos operativos en 30 % al mezclar tecnologías de hiperautomatización con procesos operativos rediseñados. En la misma línea, se considera que el 48 % de las organizaciones latinoamericanas está considerando más inversiones en tecnologías de hiperautomatización.
Los retos de la adopción
Esta nueva propuesta de automatización, como le ocurre a tantas otras ideas disruptivas, no tiene grandes dificultades para mostrar sus potenciales beneficios. El verdadero desafío radica en la forma en que se integra a una empresa.
En primer término, una solución de hiperautomatización puede ser mal recibida por los integrantes de una compañía, quienes, cuando escuchan palabras como “automatización” o “inteligencia artificial”, solo pueden imaginar tecnologías que los arrojarán al desempleo.
Es importante que la empresa explique los verdaderos valores de la hiperautomatización, como colaboradores empoderados –liberados, gracias a la innovación, de las tareas tediosas y repetitivas– que dedican su tiempo a labores estimulantes y que realmente inciden en el rumbo del negocio. Empoderar talentos, antes que sustituirlos o eliminarlos.
Por otro lado, la posibilidad de automatizar tareas complejas resulta muy seductora. Sin embargo, las compañías no deben caer en la tentación del exceso, de creer que todo es hiperautomatizable.
En realidad, antes de cualquier decisión estrictamente tecnológica, la organización debe realizar un análisis profundo de sus procesos críticos, detectando aquellos que pueden ser automatizables, es decir, los procesos cuya operación y eficiencia es factible analizar y medir. No tiene caso automatizar una tarea cuyo rendimiento resulta imposible de valorar. Automatizar por el simple hecho de automatizar es una muy mala idea.
Aunque no está exenta de desafíos, la hiperautomatización es una innovación que puede resultar sumamente útil para los tiempos empresariales que vivimos: en un entorno de incertidumbre constante, cualquier recurso que ayude a acelerar la toma de decisiones al hiperautomatizar el proceso de análisis sin duda marcará una gran diferencia.
Sobre el autor: Rodrigo Mendoza es líder de Data Cloud en Minsait, una compañía de Indra, en México. Cuenta con más de 16 años de experiencia como consultor de soluciones de TI, de negocio y gestión de proyectos en industrias como telecomunicaciones, banca, cuidado de la salud y cuidado personal.