Cuatro acciones esenciales para preparar la migración a la nube
Definir un objetivo claro y preciso, recopilar información de las aplicaciones, conocer los métodos de migración a la nube y contar con el respaldo de la alta dirección son fundamentales para migrar exitosamente a la nube.
Con frecuencia, cuando las organizaciones planean su migración a la nube, una de las preguntas que se hacen es: “¿Sabemos exactamente lo que tenemos?”. A lo largo del tiempo, su centro de datos y oficinas han crecido orgánicamente, sumando servidores y puntos finales, pero desconocen lo que realmente reside en ellos. Este escenario se puede tornar en un obstáculo en el camino hacia el cómputo en la nube.
Por tanto, un requerimiento crítico para realizar ese trayecto es que las organizaciones sepan con precisión no solamente su inventario de hardware, sino también de aplicaciones y cómo se conectan entre sí. Si van a migrar, por ejemplo, dos aplicaciones a la nube deben considerar qué debe acompañarlas a esa plataforma.
Este escenario ideal se topa con una realidad distinta. Los departamentos de TI no siempre conocen cuánto hay en el centro de datos. Puede haber servidores que se utilicen para una variedad de actividades, y software que otras áreas han adquirido sin que los responsables de TI hayan sido informados (shadow IT). Además, la rotación de personal y las fusiones y adquisiciones dificultan tener una visibilidad completa de este panorama.
Pese estos retos, la nube tiene un lugar preponderante en las agendas empresariales. IDC reporta que América Latina está avanzando hacia la adopción de la nube: un 62 % de las compañías ya han hecho uso de alguna solución de nube pública. De estas soluciones, la nube híbrida es la tendencia más fuerte en las empresas latinoamericanas. En México, el porcentaje se encuentra en un 56 % y, de hecho, el país conforma el 20 % del mercado de TI en la región.
Hacia una migración efectiva
Si bien no hay una ruta única hacia la nube, existen algunas acciones esenciales que las empresas pueden llevar a cabo para agilizar su trayecto y llevar a buen puerto el plan de migración. A continuación se detalla cada una de ellas:
1. Definir un objetivo claro y preciso. Un primer paso para migrar a la nube es saber qué es lo que se quiere obtener de ella. Si bien parece obvio, es un factor esencial para el éxito. No es suficiente llevar las aplicaciones a la nube tal como están (lift & shift) solo porque el centro de datos está presentando problemas que requieren atención inmediata, o porque se quiere llevar todo a las plataformas de software como servicio (SaaS) o plataforma como servicio (PaaS), o bien porque es momento de modernizar las aplicaciones.
Un análisis a fondo de los objetivos que se pretenden alcanzar será decisivo para poder alinearlos a la migración a la nube. Las organizaciones que establecen metas claras al inicio son las que reportan mayores tasas de éxito.
Un aspecto no menos relevante son los costos que generará la nueva infraestructura en la nube pues, si bien pueden ser planificados a largo plazo facilitando ahorros importantes, resulta fundamental conocer la proyección y modo más eficiente de utilizarlos. Aunque por definición supondríamos que todo implica ahorros, estos pueden ser maximizados de manera inteligente.
2. Recopilar información de las aplicaciones. Esta acción es esencial. Antes de comenzar con la toma de decisiones, es necesario conocer la hoja de ruta de cada una de las aplicaciones. Por ejemplo, cuando una aplicación es estratégica para el negocio y tiene una utilidad a largo plazo tiene sentido modernizarla y migrarla a la nube; de lo contrario, puede retirarse y ser reemplazada por otra.
3. Conocer los diferentes métodos para migrar a la nube. Migrar aplicaciones, cargas de trabajo y sistemas sin modificarlos o modernizarlos es menos común de lo que se piensa. La modernización de estos recursos podría requerir, en muchas ocasiones, mucho tiempo, así como inversiones importantes.
Es crucial elegir las aplicaciones correctas para que los beneficios contribuyan a un cambio positivo; de lo contrario, será un desperdicio de dinero y esfuerzo. Esto no significa que el resto no tenga que migrarse. Se trata de hacer un análisis exhaustivo y crear un mapa de activos informáticos para tomar la decisión de trasladarlos directamente a la nube, modificarlos o utilizar aquellos que sean nativos de la nube.
Planear llevar a cabo despliegues progresivos en lugar de un Big Bang de todo el centro de datos es una de las estrategias más innovadoras que ha generado tendencia en los últimos años. Esto permite generar quick wins sobre el roadmap para las diferentes partes interesadas.
4. Tener el respaldo de la alta dirección. Tener el apoyo de la gerencia es también un factor de éxito en la migración a la nube. Si el equipo de TI quiere hacerlo por sí solo, es probable que se vea abocado a afrontar una gran resistencia al cambio. No es raro que haya áreas que aseguren que sus aplicaciones han funcionado bien hasta ahora y que no tienen que moverse. Para vencer esta resistencia se requiere el respaldo y patrocinio de la alta dirección.
Un reto común es obtener la información necesaria para realizar la migración, así como involucrar a la gente, convencer a los propietarios de las aplicaciones para que proporcionen esa información y hacer un mapa de servidores y aplicaciones, además de entender la criticidad de una aplicación para el negocio. Por tanto, el apoyo de la alta dirección será determinante para obtener la información requerida y hacer una migración exitosa.
Con estas acciones, las empresas pueden prepararse para tomar las decisiones oportunas y migrar con éxito a la nube, al tiempo de reforzar su transformación digital para competir en igualdad de condiciones en el entorno de negocios global.
Sobre el autor: Víctor Hugo Martínez Rivero es Head of AI & Data para México y USA de Minsait, una compañía de Indra. Es Scrum Master y Scrum Fundamentals Certified. Ha sido parte del equipo de Indra por 22 años. Es ingeniero en Sistemas Computacionales por la Universidad Tecnológica de México.