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Banda ancha fija impulsa el crecimiento económico
El crecimiento de la conectividad a través de fibra óptica puede impulsar el PIB de un país, pero hay retos que abordar, como las barreras burocráticas.
No es un dato frívolo. En territorio japonés, descargar un archivo de 5 GB exige, en promedio, cinco minutos y 28 segundos de paciencia, según la entidad que evaluó la velocidad de los servicios de banda ancha en distintos lugares del mundo en el 2023. En México, la misma actividad toma casi 20 minutos.
Dicho escenario podría explicarse con diversas referencias. Entre otras, según estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en Japón, del total de conexiones fijas de banda ancha, casi el 85 % se basa en fibra óptica, la tecnología que ha demostrado ser, desde hace varios años, la mejor alternativa para proveer conectividad de banda ancha estable, segura, confiable y de alto rendimiento. En suelo mexicano, la fibra óptica está presente en sólo el 41 % de los enlaces fijos de banda ancha.
Habría que recordar que la economía japonesa, desde hace varias décadas, se ubica entre las 10 economías más grandes del planeta. Por otro lado, no se puede ignorar la inclinación que han detectado organizaciones como la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y el Banco Mundial (BM): la conectividad fija de banda ancha incide de forma directa en el crecimiento económico de una nación.
Un dato que da perspectiva en ese sentido: en la zona Asia Pacífico, cuando la penetración de la conectividad fija de banda ancha crece un 10 %, el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de la región aumenta 1,63 %, según investigaciones realizadas por el BM y la UTI.
México necesita más fibra óptica
Según cálculos de la UIT, en Latinoamérica, un aumento del 10 % en el número de conexiones fijas de banda ancha tampoco pasaría desapercibido, pues el PIB per cápita regional recibiría un impulso del 1,57 %.
Estos son los beneficios a los que puede aspirar México al aprovechar recursos como la fibra óptica para ampliar la disponibilidad de enlaces de alta capacidad.
Aunque es cierto que la infraestructura digital mexicana está aumentando las conexiones web de alta capacidad, la fibra óptica requiere mayor impulso ya que, de acuerdo con datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones, del total de conexiones, el 53,3 % se basa en tecnologías de cable coaxial (37,8 %) y DSL (15,5 %), contra 41,1 % de fibra óptica y solamente 0,9 % satelital.
Si se impulsa el uso de fibra óptica, México estará mejor preparado para alinearse a las innovaciones tecnológicas que marcan la pauta en la transformación digital de los negocios; soluciones como inteligencia artificial, centros de datos, aprendizaje automático, nube, big data y ciberseguridad, entre otras, que necesitan una infraestructura de conectividad que garantice el flujo e intercambio de forma rápida, confiable y segura de enormes cantidades de datos críticos.
En ese sentido, es importante recordar que hay décadas de conocimiento técnico/empresarial e investigación en torno a la fibra óptica. De ahí que sea una innovación tecnológica sumamente madura que, a diferencia de otras opciones de conectividad, demuestra solvencia para ofrecer altas velocidades de transmisión y gran disponibilidad de ancho de banda. Estas características son un factor clave para habilitar la máxima calidad en servicios como videollamadas, telefonía IP, mensajería unificada, despliegues de nube y menor exposición a fallas de conectividad porque no hay interferencias electromagnéticas.
México necesita atender varios asuntos para ampliar el alcance de la fibra óptica, un recurso de conectividad que es la columna vertebral de una economía conectada.
Uno de los temas más relevantes es llevar orden al ámbito de los permisos gubernamentales. En la actualidad, para tender líneas de fibra óptica, los proveedores tienen que lidiar con múltiples lineamientos y reglas de las diversas autoridades municipales y estatales (disposiciones que casi nunca son consistentes entre entidades). Sería positivo desarrollar una política de impulso a la fibra óptica, basada en criterios y regulaciones de escala nacional, que elimine barreras burocráticas y facilite la construcción de esta vital infraestructura digital.
Otro asunto importante es recordar que la fibra óptica tiene un papel clave en un mundo que da la impresión de moverse a la conectividad móvil. Sin embargo, una visión de “conectividad fija o móvil” es un falso dilema. Un despliegue móvil de banda ancha y largo alcance, como un servicio de 5G, no puede prescindir del respaldo de una infraestructura de fibra óptica para garantizar, por ejemplo, una conexión robusta y confiable entre las antenas que brindan el servicio inalámbrico.
En México, muchas personas piensan que la fibra óptica es simplemente un tipo de cableado. Hay que cambiar dichas percepciones. La fibra óptica, como lo revelan otras experiencias internacionales, es un recurso que debemos usar mejor para impulsar el crecimiento económico del país.
Alejandro Hernández Bringas es director general de MCM Telecom. Ha participado en diversos consejos directivos y comités de trabajo de organismos ligados a su profesión, y es experto en gestión de finanzas y alta dirección, especializado como perito en materia contable y con un gran gusto por las tecnologías relacionadas con blockchain. Tiene más de 25 años de trayectoria profesional, y ha dedicado gran parte de su vida al desarrollo de la industria de Telecomunicaciones, la Responsabilidad Corporativa y Social, y a impulsar la educación en nuevas tecnologías. Fue presidente nacional del IMEF 2022 y actualmente es miembro del Consejo Consultivo Nacional dentro de la misma institución. Es presidente y fundador de Voz MCM, A.C., donde apoya a grupos vulnerables de la sociedad mexicana.Es Contador Público, con un MBA por la Universidad de Miami, Florida.