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Adiós Pulpo Paul: predicciones deportivas con fundamento
Hoy la tecnología puede evaluar a cada equipo y deportista, con sus fortalezas y debilidades y predecir, con un grado avanzado de precisión, quién será el ganador.
El sueño de muchos deportistas está puesto en ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio. Los protagonistas de cada disciplina recorrieron un largo trayecto para estar en ese anhelado lugar hoy. Lo que muchos de ellos no saben, o no se detienen a pensar, es que ese camino transitado es una fuente de valor estadística. Gracias a esa data histórica, hoy la tecnología puede evaluar a cada equipo y deportista, con sus fortalezas y debilidades y predecir, con un grado avanzado de precisión, quién será el ganador. Atrás quedaron los tiempos del famoso pulpo Paul; la adivinanza ya no es un valor clave.
Las soluciones tecnológicas pueden ser aliadas de los directores técnicos y entrenadores, porque son capaces de analizar y sacar sus propias conclusiones fundamentadas, brindando información de valor para encarar una estrategia. La inteligencia artificial (IA) establece patrones y, gracias a eso, puede predecir resultados. Existen máquinas y herramientas que, a través de mecanismos de machine learning, aprenden de la data histórica (por ejemplo, de maneras recurrentes de jugar de un equipo o de resultados previos) y pueden predecir quién será el que obtenga la medalla (con un margen de error de tan solo un 10%).
Asimismo, el big data conecta datos. Se pueden tener en cuenta las lesiones típicas de los atletas y reconocer sus comportamientos usuales, entre otros. Tecnologías como la IA y el aprendizaje automático son las que avalan el poder de la data. Gracias a ella, por ejemplo, es posible tomar decisiones estratégicas en el campo de juego y dejar de vaticinar. Así los coach pueden tomar decisiones acertadas, apoyadas en pronósticos precisos.
Además, la tecnología vestible, más conocida como “los wearables”, permite obtener información en tiempo real sobre el rendimiento de cada deportista. Los imprevistos y los factores sorpresa pueden ser contemplados ya que la tecnología actúa minuto a minuto, incorpora información al instante y en grandes volúmenes.
Gracias a un sistema de Alibaba Group, que funciona con inteligencia artificial y está basado en la nube, un entrenador es capaz de saber si un jugador se siente mal y tomar una decisión en el momento justo. En tiempos de golpes de calor en Tokio, la información sobre el estado físico y temperatura corporal de cada deportista puede ser evaluada por un algoritmo.
Por otro lado, los eventos deportivos de gran magnitud suelen contar con una amplia gama de elementos tecnológicos para la organización. Por ejemplo, los bots son grandes protagonistas en la escena olímpica. Ellos contestan mensajes e interactúan con los espectadores para que puedan acceder a diversos tipos de contenido como, por ejemplo, al cronograma de las competencias, a las últimas noticias, videos, filtros, stickers. Como si fueran personas, hablan, analizan el pedido del usuario y son capaces de responder a muchas demandas a la vez.
También, para colaborar en identificar la entrada y salida de deportistas y organizadores de los Juegos Olímpicos, el aprendizaje profundo es una de las tecnologías elegidas ya que ayuda a reconocer los rasgos faciales al instante y hacer un seguimiento de esas personas. Una vez más, esto es gracias a la data. Se aprovecha sin necesidad de que haya contacto humano, un aspecto más valorado que nunca en tiempos de pandemia.
Lo cierto es que la tecnología no para de renovarse para brindar cada vez más posibilidades a los humanos. El poder de la información aplica para todos los ámbitos, y el deporte no es la excepción. Actualmente podemos adelantarnos al futuro y operar de forma ágil en todo tipo de contexto: con pandemia de por medio y en grandes eventos. No es magia, es innovación.
Sobre el autor: Sergio Mastrogiovanni es Head of Data and Innovation de Nubiral.