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Ada Lovelace, modelo a seguir para mujeres y niñas en la ciencia

¿Cómo lidiar con los estereotipos de género que parecen beneficiar a los hombres que eligen el sector de las TI para sus estudios y su profesión?

En el marco del día internacional de las mujeres y las niñas en la ciencia, que se celebra el 11 de febrero, recordamos a un personaje pionero en la programación informática: Ada Lovelace, autora del primer programa informático del mundo hace, nada más y nada menos, que 175 años.

Ada Lovelace era una científica informática realmente avanzada para la época. Alrededor del año 1800, el acceso de la mujer a la educación era limitado, pero Ada se crió en el seno de una familia aristocrática y su madre la instó a dedicarse a las matemáticas y las ciencias, estudios que complementó con música y francés. Su estatus social le permitió acceder a oportunidades a las que la mayoría de las mujeres no podían aspirar. Así conoció al Profesor Charles Babbage, quien se encontraba desarrollando una máquina calculadora. Este dispositivo despertó el interés de Ada, que quiso saber con más detalle cómo funcionaba.

Aunque se casó y se convirtió en madre, Ada nunca perdió el interés por las matemáticas ni sus ganas de seguir trabajando en la máquina Babbage. Un ingeniero francés que seguía paso a paso el trabajo de Babbage escribió un artículo sobre su máquina que, por aquel entonces, había evolucionado de un software diferencial a una máquina analítica. El artículo llegó a manos de Ada, que decidió traducirlo al inglés. Babbage lo leyó y le animó a que escribiera uno parecido. Ada se entusiasmó con la idea, dando lugar al primer programa informático publicado en la historia. Desafortunadamente, la ciencia informática perdió a Ada a una edad muy temprana debido a su frágil salud.

Lovelace fue una gran precursora en aquella época, pero también podemos destacar a muchas otras mujeres que han contribuido al enorme desarrollo tecnológico y digital, entre ellas, Margaret Hamilton, Irene Greif, Katherine Johnson o Grace Hopper.

A pesar de estos modelos tan inspiradores, sigue existiendo una representación desigual de hombres y mujeres que estudian o trabajan en sectores relacionados con las tecnologías de la información. En 2015 en la Unión Europea, el número de estudiantes femeninas de entre 20 y 29 años que finalizaron estudios superiores relacionados con disciplinas científicas, tecnológicas, de ingeniería y matemáticas (STEM) alcanzó el 26% (comparado con el 74% de estudiantes masculinos). Respecto al mercado laboral, en 2017 las mujeres contratadas como profesionales en TI en la Unión Europea solo ascendieron al 17,2%. Aunque esta cifra es decepcionantemente baja, lo que más preocupación genera es el hecho de que ha disminuido en los últimos 10 años (respecto al 22,5% de mujeres profesionales en IT de 2007). Según un reciente estudio europeo, la participación de las mujeres en el mundo digital disminuye progresivamente a lo largo de su carrera: empezando con un 25% de graduadas en ámbitos de las TI y acabando con el 13% que realmente ocupa puestos de trabajos en el sector digital (datos de 2015). Asimismo, datos del estudio indican que el número de mujeres que trabajan en el ámbito de las TI tiende a disminuir con el paso de los años: un 4,7% de las profesionales tienen menos de 30 años y solo un 3,2% tiene 45 años o más.

Es difícil explicar esta tendencia en una nueva era digital en la que la tecnología avanza a gran velocidad y hay una gran demanda de profesionales en el ámbito de las TI. ¿Por qué hay tan pocas niñas y mujeres siguiendo este tipo de carrera? El estudio de Women in the Digital Age confirma algunos resultados de otros estudios y aporta algunas de las razones que están causando esta tendencia preocupante. Los estereotipos de género suelen influir en nuestras decisiones desde edades bien tempranas y a lo largo de nuestra vida. También afectan a la manera en la que se percibe a las mujeres y a los hombres, sus capacidades y qué es adecuado (o no) según el sexo de la persona. En este caso concreto, los estereotipos de género parecen beneficiar a hombres jóvenes y adultos que eligen el sector de las TI para sus estudios y su profesión.

La dificultad para reconciliar la vida profesional y privada también se ha citado como un factor negativo para conservar el talento femenino en las carreras relacionadas con las TI. El tan conocido fenómeno del techo de cristal está fuertemente arraigado en el sector de las TI (entendido como una barrera no identificada para el desarrollo de la carrera que, sobre todo, afecta a mujeres y minorías). Esto puede deberse al sesgo inconsciente relacionado con la capacidad de liderazgo de la mujer, políticas internas oficiales y no oficiales que bloquean el desarrollo de esta carrera para las mujeres. Finalmente, la falta de modelos femeninos a seguir (incluyendo puestos de liderazgo) solo ayuda a perpetuar estos estereotipos y sesgos que para nada animan a las mujeres a desarrollar carreras en el ámbito de las TI y, por el contrario, contribuyen a masculinizar el marco profesional.

Generalmente, computación, tecnología y TIC son sectores educativos y profesionales que, comúnmente, están dominados y liderados por hombres. Pero en everis estamos interesados en involucrar, mantener y potenciar a más Adas. Buscamos potenciar el interés de las jóvenes mujeres (y jóvenes hombres) por los estudios y las profesiones en el ámbito de las TI con el fin de satisfacer la creciente demanda en este sector. El Programa Pulsar se lanzó en 2015 y, desde entonces, no ha dejado de crecer a nivel internacional. Esta iniciativa de mentoría consiste en una red de profesionales femeninas que comparten sus conocimientos y su experiencia con chicas de entre 15 y 18 años. A lo largo del programa, las chicas y sus mentoras trabajan distintas competencias, como el liderazgo, la autonomía, la comunicación, la creatividad y toma de riesgo.

Otra iniciativa que fomenta everis incluye talleres de programación y robótica para chicas y chicos. Proponemos diferentes retos a nuestros jóvenes talentos, como programar un código para controlar piezas robóticas, diseñar el joystick y la parte electrónica que mueve un robot o, incluso, construir su propio robot. Por otro lado, everis invierte en la conservación y empoderamiento de su talento actual. Queremos que nuestras profesionales puedan crecer dentro de la compañía, por lo que, progresivamente, buscamos aplicar medidas para reconciliar vida personal y laboral. Además, nos esforzamos por identificar y dar visibilidad a modelos femeninos a seguir para animar a todos los profesionales a crecer y alcanzar sus objetivos de carrera.

Tomando como inspiración la historia de Ada, no solo valoramos las habilidades relacionadas con las TI, sino también otras competencias relevantes y experiencias diversas. Nos enfocamos en crear las condiciones para que tanto mujeres como hombres avancen, siendo conscientes de los obstáculos que se pueden encontrar a lo largo de sus carreras. Por ello, seguimos buscando y apoyando activamente a las Lovelaces de todo el mundo.

Sobre el autor: Catarina Arnaut es líder de negocios para el Sector Público en everis Madrid.

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