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uFlow: Automatización en sistemas financieros facilitan inclusión
Panamá y Chile lideran los porcentajes de mujeres incluidas plenamente en el sistema, con 37 % y 36 %, respectivamente. Les siguen Argentina, Ecuador, Colombia, México, Perú y Bolivia.
Las cadenas de valor financiero en Latinoamérica han experimentado un auge significativo en los últimos años, impulsando el crecimiento y la participación en la economía. Sin embargo, la inequidad de género aún está presente en el acceso a productos y servicios financieros, según el más reciente Índice de Inclusión Financiera (IIF), realizado por Credicorp e Ipsos, que muestra que tan solo el 21 % de las latinoamericanas se encuentra en un nivel “logrado” u “óptimo” de inclusión.
Este análisis evalúa tres dimensiones: la diversidad de productos y servicios financieros, un uso intensivo del sistema financiero formal y una evaluación positiva de las entidades del sector, como los bancos. Después de Panamá y Chile, con 37 % y 36 % de mujeres con inclusión financiera, respectivamente, siguen Colombia, con un 23 %; México (22 %), Perú (14 %) y Bolivia (11 %).
Esta brecha representa un costo de oportunidad en el mercado financiero, ya que, según un informe de Ernst & Young, para 2028 las mujeres controlarán el 75 % del gasto discrecional de los consumidores en todo el mundo.
"Bajo ese panorama, la tecnología en general, y la automatización en particular, son piezas fundamentales a la hora de impulsar la inclusión y posterior evolución financiera de las mujeres en México y Latinoamérica, ya que ayudan a eliminar barreras y agilizan procesos al momento de la evaluación crediticia, proporcionando acceso al crédito sin subjetividades humanas y con mayor rapidez”, aseguró Marina Mero, CMO de uFlow. Esta compañía de tecnología aplicada al mercado financiero desarrolló un motor de decisiones 100 % web, en la nube y sin código, enfocado en automatizar los procesos de evaluación crediticia de las empresas financieras en América Latina.
“La transformación tecnológica es un paso crucial para construir un ecosistema financiero más inclusivo y equitativo porque permite visibilizar oportunidades de negocios en segmentos donde antes no se prestaba atención por no contar con herramientas que eliminen los sesgos”, comentó Mero.
uFlow realizó un análisis de diferentes informes, que demuestra que aún persisten grandes desafíos en la brecha de género de productos financieros. Por ejemplo, un informe reciente de BID INVEST y CCX señala que la brecha crediticia de las mujeres en la región asciende a 86 mil millones de dólares, siendo uno de los más altos del mundo. En México, según el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujer), el 32 % de las mujeres entre 18 y 70 años tiene al menos un crédito, pero ello no significa que esté cubierta de manera universal su inclusión financiera o que ellas mismas se consideren dentro del mercado financiero.
"Si profundizamos en el segmento de las mujeres, descubrimos que aquellas que pertenecen a pueblos originarios o viven en sectores rurales enfrentan obstáculos aún mayores para acceder a la economía formal y sus productos, porque incluso, muchas veces, ni siquiera cuentan con la documentación necesaria para lograr solicitar algún producto financiero. Estas barreras, que abarcan el género como limitante fundamental, se suman a los factores económicos, educativos, culturales y sociales, que contribuyen a una brecha enorme de género", señaló Mero.
Otro gran problema es la falta de oportunidades laborales y la informalidad, factores que influyen en las oportunidades de acceso a productos financieros. No obstante, y comparando números de la región, en Perú, por ejemplo, el 76 % de las mujeres trabajan desde la informalidad, lo que limita su potencial de ingresos y dificulta aún más su acceso a la financiación. En Colombia, esta cifra supera el 53 %, y en México es muy similar, alcanzando casi el mismo porcentaje de la población.
Por otro lado, la desigualdad en el acceso a créditos para empresas lideradas por mujeres también es una problemática. La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) de México, por ejemplo, encontró que el porcentaje de acceso a financiamiento que obtienen los negocios liderados por hombres es del 38 % para microempresas y 40 % para pequeñas empresas, frente a los obtenidos por aquellas lideradas por mujeres, que alcanzaron solo el 8 % y el 11 %, respectivamente.
Además, la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2021 del Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI) de México reveló que solamente el 11 % de las mujeres entre 18 y 70 años cuentan con un crédito personal, 4 % tienen un crédito automotriz y sólo 1,4 % cuenta con un préstamo contratado por internet o aplicación.
"En la actualidad, la recopilación de información sobre la solvencia o el comportamiento crediticio de los clientes sin enfoque de género ya no es suficiente. Es imprescindible que, desde las esferas públicas y privadas, se visibilice la brecha de género en el acceso al crédito", aseguró la CMO de uFlow.
Al emplear análisis de datos alternativos, implementar motores de automatización de decisiones y modelos de inteligencia artificial, las empresas financieras pueden evaluar la solvencia crediticia de mujeres sin historial crediticio formal de manera más ágil y sin subjetividad humana. Además, se vuelve posible crear productos financieros personalizados adaptados a las necesidades específicas de las mujeres, representando más oportunidades de negocios para el mercado financiero.
"Los motores de decisiones ofrecen una oportunidad única para transformar el panorama de la inclusión financiera en Latam, permitiendo a las instituciones financieras automatizar y hacer más eficientes y rápidos sus procesos de evaluación crediticia. En otras palabras, con unas buenas políticas de crédito que incluyan a los segmentos no bancarizados e incorporen fuentes alternativas de datos sobre el historial crediticio de las mujeres –en retails u otras entidades financieras no bancarias–, implementadas en una poderosa y flexible herramienta, se podría ofrecer productos personalizados y acordes a las necesidades y capacidad de pago de las mujeres", concluyó Marina Mero.