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Resiliencia empresarial para superar la adversidad en Acapulco

Cyber Black propone siete acciones para las empresas en el estado mexicano de Guerrero, que les ayuden a recuperarse después del desastre natural que sacudió el puerto.

Los sectores empresariales y las autoridades municipales, estatales y federales que planean la reconstrucción de Acapulco deben adoptar medidas estratégicas para prevenir mayores pérdidas y garantizar su supervivencia y continuidad de los negocios porque, de lo contrario, solo lograrán que los problemas crezcan exponencialmente, principalmente en la operación del narcotráfico y delincuencia común.

Así lo expresa Francisco Herrera Lau, director de Inteligencia Corporativa de Cyber Black, quien dice que lograr la resiliencia en la reconstrucción de Acapulco y zonas aledañas, devastadas por el paso del huracán Otis, debe enfrentar el desafío de la consolidación de la delincuencia organizada.

Francisco Herrera

El pasado 3 de noviembre, el gobierno federal de México reportó 47 muertos, 56 desaparecidos y la destrucción de miles de empresas, con pérdidas superiores a los 16 mil millones de dólares, en las zonas de Acapulco y Coyuca de Benitez, en el estado de Guerrero. Sin embargo, el experto en ciberseguridad e inteligencia corporativa opinó que “estas cifras subestiman la verdadera magnitud del impacto, considerando la clasificación de Otis como uno de los cinco huracanes más devastadores en la historia de México”.

“Es cuestionable decir si alcanzará la fuerza económica empresarial más la de seguridad, coordinación y visión estratégica gubernamental para evitar que la nueva transformación de Acapulco conlleve el crecimiento exponencial de todos los males, principalmente en la operación del narcotráfico y delincuencia común”, resaltó.

Ante este panorama, agregó Herrera, es crucial que las empresas, independientemente de su tamaño, adopten medidas estratégicas para prevenir más pérdidas y garantizar su supervivencia y continuidad de negocio. Entre ellas, el ejecutivo propuso las siguientes:

  • Reevaluar y planificar: Después de evaluar daños y necesidades, desarrollar un nuevo plan que integre información útil y precisa para tomar decisiones efectivas con el fin de evitar nuevas pérdidas, especialmente en la cadena de suministro.
  • Seguridad y protección: Garantizar la seguridad de empleados y activos mediante servicios de seguridad privada, medidas físicas y tecnológicas como alarmas, cámaras y control de acceso, siempre acompañado de datos que permitan identificar amenazas y riesgos.
  • Ciberseguridad reforzada: Ante posibles amenazas, fortalecer la seguridad cibernética para proteger datos y sistemas informáticos.
  • Coordinación frente a la delincuencia: Los grupos criminales y el narcotráfico intentarán aprovecharse de la situación, lo que agudizará el denominado “cobro de derecho de piso” e impactará en la cadena de suministro, por lo que deberán instalarse mecanismos de coordinación, colaboración e intercambio de información corporativa para mitigar esta amenaza.
  • Copias de seguridad y recuperación: Realizar copias de seguridad de datos y sistemas críticos (redundancia), y asegurarse de contar con sistemas de recuperación de desastres para restablecer la funcionalidad rápidamente.
  • Apoyo emocional y comunicación transparente: Implementar programas de apoyo emocional y mantener una comunicación transparente con el personal, los clientes, los proveedores y otras partes interesadas.
  • Gestión de crisis: Mantener un equipo de gestión de crisis activo para tomar decisiones rápidas y efectivas ante nuevas situaciones de emergencia.

Con una planificación meticulosa, medidas de seguridad adecuadas y colaboración con la comunidad y autoridades locales a partir de acciones posdesastre para empresas, afirma Herrera, es posible superar la adversidad y continuar operando con éxito, además de garantizar la continuidad del negocio.

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