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Ante la IA, los profesores deben transformar sus métodos de evaluación

Frente al auge de nuevas herramientas de inteligencia artificial (IA), los docentes se están enfrentando a revisar críticamente sus estrategias de enseñanza y las formas de evaluarlas.

Ante el inevitable uso de aplicaciones como Chat GPT, la mejor alternativa para preservar el aprendizaje significativo será incentivar la construcción del conocimiento a través del pensamiento crítico, la creatividad, comunicación y colaboración. Así lo expuso la Dra. Lourdes Epstein Cal y Mayor, profesora de la Escuela de Humanidades y Educación del Tecnológico de Monterrey, dentro del marco del Círculo de Liderazgo Periodístico “La educación y su transformación con la inteligencia artificial”.

“Cuando los alumnos recurren a la IA, es casi imposible identificar plagio, por lo cual, pedir un ensayo como evidencia de aprendizaje es algo que ya no recomendaría de ahora en adelante. En ese sentido, deberemos cambiar las estructuras de evaluación”, indicó Epstein.

“Por ejemplo, en una clase de Derecho será más conveniente integrar a los estudiantes en ejercicios prácticos, o en el caso de Ingeniería, solicitar que realicen prototipos. En el caso de pedirles información disponible en la web o mediante el Chat GPT, debemos asegurarnos de que a partir de los datos recabados desarrollen habilidades creativas o de análisis que abonen a su formación”, explicó la docente.

De acuerdo con la especialista, hace veinte años pasó un fenómeno similar con las enciclopedias digitales, que en su momento se consideraron un riesgo para la educación y se prohibió su uso, sin entender que más allá de ser un espacio de consulta, también puede ser un apoyo de construcción colectiva. Para la experta, habilidades como el pensamiento crítico, la creatividad, comunicación y colaboración serán clave para preservar el aprendizaje significativo.

“Si seguimos enfrascados en modelos superados por la cultura digital –guglear, copy-paste, parafrasear y entregar– fracasaremos en nuestra misión básica de generar las condiciones de desarrollo, investigación y aprendizaje. Tenemos que profundizar en las formas en las que aprendemos –metacognición– para deslegitimar la equivocada metáfora del cerebro como procesador: nuestra conciencia ha modelado la IA, pero si no distinguimos una de la otra, corremos el riesgo de ser cada vez más incapaces de pensar fuera del ordenador”, reiteró Lourdes Epstein.

Finalmente, el desarrollo de la inteligencia artificial, su accesibilidad y facilidad de uso, está evolucionando de forma acelerada y los mismos creadores han reconocido imprecisiones, por lo cual aún no son una fuente del todo confiable. Por lo tanto, la especialista subrayó que la clave para el éxito de estas herramientas y para aprovechar los beneficios que pueden traer es saber utilizarlas con integridad y que los estudiantes tengan la oportunidad de aprovechar la tecnología de manera responsable, con el objetivo de aprender más.

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