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Crece deepfake como vector de fraude emergente
Los ciberdelincuentes utilizarán este vector para acceder a datos y recursos corporativos mediante técnicas como la extorsión, el fraude o la autenticación, señala Netskope.
Los deepfakes se han convertido en un vector emergente utilizado por los ciberdelincuentes para obtener acceso a los sistemas corporativos, datos o recursos financieros. Derivado del aprendizaje profundo, el deepfake utiliza la inteligencia artificial para crear archivos de video o audio muy convincentes que imitan a un tercero. Los algoritmos que utiliza aprenden sin necesidad de supervisión humana, utilizando un amplio conjunto de datos.
Ante estas prácticas, que pueden dañar la reputación de una empresa y/o sus empleados, Netskope ofrece una serie de pautas y consejos para que las empresas conozcan sus riesgos y sepan cómo defenderse.
En qué consisten los deepfakes
Aunque se pueden hacer deepfakes por una amplia gama de razones legítimas, los ciberdelincuentes han encontrado en ellos un método idóneo para acceder a los datos y recursos corporativos mediante técnicas que van desde la extorsión a ejecutivos, hasta el fraude, al adoptar la identidad de un empleado o cliente, o la autenticación, al manipular la verificación de identidad o sistemas de biometría basados en patrones de voz o reconocimiento facial.
Hoy existen herramientas que ofrecen deepfake como servicio en la web profunda, lo que facilita y abarata a los delincuentes la puesta en marcha de este tipo de esquemas de fraude, sin importar que tengan conocimientos técnicos limitados. También cabe destacar que la publicación de grandes volúmenes de imágenes y videos que los usuarios difunden de sí mismos en las plataformas de las redes sociales actúan como insumos importantes para que los algoritmos de aprendizaje profundo sean cada vez más convincentes.
Los tres principales tipos de fraude a los que deben estar atentos los responsables de seguridad de las empresas son:
- el fantasma, un delincuente utiliza los datos de una persona fallecida para crear un deepfake;
- el de identidad, a través del cual los estafadores extraen datos de muchas personas diferentes para crear una identidad ficticia; y
- el financiero, cuando se utilizan identidades robadas o falsas para abrir nuevas cuentas bancarias.
Estos tres tipos de fraude buscan utilizar estos datos para acceder a servicios en línea, solicitar y utilizar tarjetas de crédito, pedir préstamos o realizar grandes transacciones, entre otras operaciones.
Cómo puede defenderse la empresa
Existen cinco pasos clave que todas las empresas deberían aplicar actualmente para proteger sus datos, sus finanzas y su reputación frente a la creciente sofisticación y prevalencia del fraude:
- Planificar los procedimientos de respuesta y los simulacros. Los deepfakes deben incorporarse en la planificación de escenarios y las pruebas de crisis. Los planes deben incluir la clasificación de los incidentes y esbozar procesos claros de notificación de estos sucesos, así como procedimientos de escalada y notificación, especialmente cuando se trata de mitigar el riesgo para la reputación.
- Educar a los empleados. Al igual que los departamentos de seguridad educan a los empleados para que detecten los correos electrónicos de phishing, también deberían concienciarles sobre los deepfakes. Como ocurre en otras áreas de la ciberseguridad, los empleados deben ser considerados como una importante línea de defensa, especialmente dado el uso de deepfakes para la ingeniería social.
- Adoptar procedimientos de verificación secundarios para las transacciones sensibles. Es importante no confiar y verificar siempre. Asimismo, se recomienda disponer de métodos secundarios de verificación o devolución de llamadas, como marcas de agua en archivos de audio y video, autenticación paso a paso o doble control.
- Contratar un seguro de protección. A medida que crezca la amenaza del deepfake, las aseguradoras ofrecerán sin duda una gama más amplia de opciones.
- Actualizar las evaluaciones de riesgo. Incorporar los deepfakes al proceso de evaluación de riesgos de los canales y servicios digitales.
“En los próximos años, la tecnología seguirá evolucionando y será más difícil identificar los deepfakes. De hecho, a medida que las personas y las empresas adoptan el metaverso y la Web 3.0, es probable que los avatares se utilicen para acceder y consumir una amplia gama de servicios. A menos que se establezcan protecciones adecuadas, es probable que estos avatares nativos digitales sean más fáciles de falsificar que los humanos. Sin embargo, la tecnología avanzará para explotar y detectar las falsificaciones. Los departamentos de seguridad deben tratar de mantenerse actualizados sobre los nuevos avances en la detección y otras tecnologías innovadoras para ayudar a combatir esta amenaza”, señala David Fairman, director de Información y de Seguridad APAC de Netskope.