Tecnología financiera facilita la inclusión y la mejor experiencia en América Latina
El cuarto Congreso Latinoamericano de Innovación, Banca Digital y Tecnología (CLIBT) discutirá cómo la adopción y creación de diferentes modelos de pago digital planteó un escenario de oportunidades y desafíos sin precedentes para la economía transaccional.
El que hasta hace 20 años era un sector conservador y limitado para interpretar las necesidades de las personas en su diario vivir, hoy se ha convertido, como producto de la tecnología y la innovación, en la punta de lanza para la inclusión financiera de cerca de 207 millones de latinoamericanos que todavía no acceden a una cuenta bancaria formal (4 6% de la población), condición fundamental para hacer uso de los diferentes modelos pagos, según publicó la Asociación Latinoamericana de Internet en su estudio sobre Pagos Digitales y Nuevas Herramientas Financieras para MiPyME en América Latina.
Bajo este panorama, durante la tercera semana de julio, la Ciudad de México se convertirá en el punto de encuentro para la industria, al realizar el 4° Congreso Latinoamericano de Innovación, Banca Digital y Tecnología (CLIBT), que convoca diferentes perspectivas y espacios de discusión con referentes del sector sobre la evolución de los servicios financieros.
“La aplicación de la tecnología ha permitido una mayor inclusión financiera y, a la vez, una mejor satisfacción de la experiencia de los clientes. La entrada de nuevos jugadores en este sector amplió las opciones y llevó a la banca tradicional a diseñar nuevas estrategias, tanto internas, como de alianzas que permiten no solo ampliar la base de usuarios, sino que además ofrecen productos digitales más allá de los pagos como son: otorgamiento de crédito, inversión y seguros”, indicó Juan Carlos Arcila, presidente ejecutivo del Congreso.
En este sentido, María Fernanda Quiñones, presidenta ejecutiva de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, comentó que: “Con los años, distintos modelos de pago se han extendido. Colombia avanza en el uso de servicios financieros. Para 2010, un 62 % de los adultos tenía acceso al menos a un producto financiero, comparado con el 87,82 % alcanzado en diciembre de 2020. A su vez, para 2014, un 61,80 % de los adultos hacía uso de al menos uno de estos canales, versus el 72,60 % de 2020”.
Quiñones indicó que la industria de pagos digitales debe llevar a cabo políticas, programas y medidas desde el sector público y privado que promuevan la inclusión financiera y que disminuyan los costos directos e indirectos asociados a los productos financieros, sobre todo para los comercios. Pero también es importante que busquen impulsar los pagos digitales desde la oferta y la demanda para lograr un proceso sostenible en el tiempo, destacó la vocera del gremio en Colombia.
Los expertos señalaron que la adopción de pagos digitales beneficia a los distintos agentes de la economía, a los consumidores y, sobre todo, a aquellos grupos que tradicionalmente han estado excluidos, como los habitantes de zonas apartadas o los que cuentan con menores ingresos. Los establecimientos podrán beneficiarse del comercio electrónico y responder a la demanda de clientes que prefieren pagos digitales y las entidades financieras y el Estado impulsarán la disminución de la evasión fiscal e incurrir en cada vez menos costos ocultos que genera el manejo del efectivo.
Si bien la banca digital es el catalizador de esta disrupción, las fintechs llevan la corona en los cambios que actualmente experimenta la región porque desafían los problemas financieros tradicionales y crean soluciones, con ayuda de la tecnología, que impactan en las personas, con alternativas incluyentes, fáciles de operar y personalizadas según las necesidades. Estas empresas, nativas digitales, están proporcionando nuevas herramientas financieras que dan acceso a oportunidades a una enorme población históricamente desatendida y dan lugar al surgimiento de nuevos actores y modelos de negocios en el sector bancario tradicional.
Para Juan Fantoni, CCO y cofundador de Pomelo, fintech que permite a cualquier compañía financiera escalar su oferta de servicios: “La tecnología, de la mano de internet, está cambiando los sistemas financieros alrededor del mundo, y en Latinoamérica ha permitido una mayor inclusión. Esto se produce porque, por un lado, reducen el costo de entregar servicios financieros y, por el otro, porque mejora la experiencia de uso estos. Esta combinación da como resultado precios más bajos en los servicios y mayor facilidad en el acceso”.
El representante de Pomelo explicó que las empresas tradicionales del sector en América Latina están insatisfechas con sus proveedores porque ofrecen tecnología obsoleta o tradicional que tiene más de 30 años y es muy costosa. “Ahí es donde hay una oportunidad para proponer una infraestructura de nueva generación, regional y a un costo transparente”, señaló.
El desarrollo de los pagos digitales produjo una profunda revolución en el sistema financiero de Latinoamérica. Colombia, Chile, México y Perú cuentan con más 102 startups enfocadas en las soluciones de este tipo, según destaca el séptimo informe sobre la inclusión financiera de la Federación Latinoamérica de Bancos (Felaban), publicado a finales de 2021. El organismo resaltó que la banca digital creció a una tasa anual promedio de 144 % en la última década, y estimó que durante 2020 y 2021 creció al menos en un 50 % adicional.
Mauricio Fernández, director de Operaciones Américas de BPC, proveedor de soluciones de pagos digitales, consideró que: “Debido a la pandemia y la aceleración de la digitalización, los usuarios de la región están cada vez más familiarizados con los instrumentos de pago, tales como los pagos sin contacto, los códigos QR, las tarjetas virtuales y los pagos persona a persona a través de la banca digital y las billeteras”.
Ciberseguridad, un desafío creciente
David López Agudelo, vicepresidente de ventas para Latinoamérica de la compañía de seguridad y prevención del fraude transaccional Appgate, destacó que “los pagos digitales son atractivos para los delincuentes porque cada vez hay más personas participando de ellos y porque representan una oportunidad para obtener beneficios económicos de manera fácil y rápida. Los ataques de phishing están dirigidos en un 23,2 % a las instituciones financieras y bancarias, siendo el sector más vulnerado por este tipo de incidentes en el 2021”.
En este sentido, López resaltó que el hecho de no confiar en nadie ayuda a las organizaciones que ofrecen pagos digitales a minimizar el riesgo de sufrir ataques. “La confianza cero es una metodología que, en conjunto con la solución SDP (perímetro definido por software), resuelve estas necesidades y que además permite que la transformación digital se realice de forma segura, sin importar que los recursos estén ubicados en diferentes puntos de conexión”, dijo.
El vicepresidente de ventas para Latinoamérica de Appgate explicó que la confianza cero (zero trust) tiene como principio nunca confiar y siempre verificar, y esto permite que las empresas de la industria financiera creen un acceso condicional para las personas que están fuera del perímetro seguro. El aprendizaje automático, la inteligencia artificial y la biometría del comportamiento son parte del futuro de la autenticación y protección del usuario.
“De cara al usuario final, desarrollar una estrategia bajo este modelo permite tener mayor visibilidad de los riesgos digitales y construir confianza a través de la validación de la identidad y un monitoreo constante de su postura con base en los diferentes contextos de la interacción digital”, concluyó el vocero de la compañía.