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Se espera más inversión en transformación digital tras la pandemia en Brasil

La transformación digital incrementa las inversiones en las empresas y generará cambios en el gobierno brasileño tras la pandemia de COVID-19.

El 2020 dejó profundas huellas en todos los sentidos, pero entre las organizaciones se presentaron dos temas que generaron grandes debates en los consejos de administración y en los niveles directivos: cómo sobrevivir a los tiempos de COVID-19 y cómo acelerar el proceso de transformación digital.

Mientras las operaciones y los modelos de negocio tenían que adaptarse rápidamente a las nuevas exigencias de un escenario global pandémico, el nivel de digitalización de las organizaciones fue puesto a prueba. El resultado no podía ser más claro: la resiliencia era proporcionalmente igual a la madurez digital de cada empresa.

Entre las principales lecciones aprendidas en los últimos meses para el mundo empresarial está la necesidad latente de aumentar el nivel de madurez digital para permitir la continuidad del negocio, la competitividad en el mercado, la estabilidad financiera y el avance en los beneficios, y así poder trazar un camino para cuando termine la contingencia.

Los líderes brasileños se han dado cuenta de que, sin una transformación digital efectiva, no hay forma de afrontar los riesgos inherentes a un mundo en constante cambio, lo que los obliga a estar preparados para las variadas posibilidades que depara el futuro. La ruta a seguir se basará en un cambio estructural vinculado a la adopción de tecnologías avanzadas, el uso de big data, metodologías ágiles y procesos digitalizados en todas las etapas de las operaciones.

De acuerdo con una encuesta realizada por Sambatech y Samba Digital, y apoyada por Unico, la mayoría de las empresas brasileñas (62,5 %) deberían invertir entre el 10 % y el 30 % de los ingresos totales en transformación digital durante 2021.

La encuesta también señala que el 44 % de las pequeñas y medianas empresas con ingresos de hasta 10 millones de reales ya están implementando una estrategia de transformación digital. Mientras que solo el 38,9% de las empresas con ingresos iguales o superiores a 1.000 millones de reales están realizando el mismo proceso.

Además, según la encuesta, las inversiones de las empresas brasileñas deberían dividirse entre seis tecnologías: analítica (62 %), computación en la nube (46 %), arquitectura de sistemas (40 %), inteligencia artificial (38 %) y biometría facial (8 %).

Uno de los principales focos del estudio es conocer cómo se han posicionado las empresas durante la pandemia de COVID-19, y el resultado muestra que el 45,7 % de ellas está buscando la implementación de estrategias digitales, mientras que solo el 9,6 % no ha apostado por este proceso. De todas las empresas encuestadas, el 54 % busca nuevos ingresos.

El estudio informa de que la mayoría de las empresas (36,2 %) siguen teniendo un modelo de trabajo tradicional, separando a los empleados entre infraestructura, desarrollo, soporte y seguridad. Mientras que cerca del 28,7 % trabaja con modelos centrados en tribus y escuadras (squads), el 19,1 % con escuadras y DevOps, y el 16% dividiendo el equipo entre áreas proyectos y soporte.

Transformación en el gobierno brasileño a través de la automatización

Por otra parte, un estudio de la Escuela Nacional de Administración Pública (Enap) indica que la automatización, es decir, la sustitución de las personas por las nuevas tecnologías, pone en riesgo 53.600 puestos de trabajo en 2030.

Según la encuesta, el déficit de la función pública federal en 2030 podría alcanzar los 232.000 profesionales. Con ello, la automatización ha ganado protagonismo dentro de la administración. La proyección de Enap señala que, en las próximas décadas, continuará la sustitución de personas por máquinas; así, en 2040, más de 68 mil servidores públicos podrían ver sustituidas sus actividades por la automatización. En 2050, esta cifra superaría las 90.000 vacantes.

En 2020, el 27 % de los puestos que han quedado vacantes por la jubilación de sus ocupantes son funciones que deberían estar extinguidas, y pueden ser sustituidas por servicios automatizados, según Enap. De los 13.916 funcionarios que se jubilaron, 3.774 ocupaban puestos cuyas funciones tienen un gran potencial para ser automatizadas o externalizadas. Los datos proceden del Panel de Estadísticas de Personal (PEP), una plataforma del Ministerio de Economía.

Para llegar al resultado de la investigación, el estudio evaluó la propensión a la automatización de los puestos ocupados por 520 mil servidores de la Unión y cruzó los datos con las jubilaciones previstas para los próximos años.

La tendencia, señala la encuesta, es que puestos como auxiliares administrativos, mecanógrafos y operadores audiovisuales vayan desapareciendo de la administración, y sean sustituidos por servicios digitales. Hay 104.670 personas en 96 ocupaciones que podrían ser sustituidas por la automatización. Algunas ocupaciones ya se han extinguido o externalizado en las reformas de 2018 y 2019, como conductor, trabajador agrícola general y auxiliar de biblioteca.

La encuesta demuestra que las ocupaciones con alta propensión a la automatización son las de menor nivel de formación y menor salario medio, con una remuneración media de R$ 5.683.

El Ministerio de Educación es el organismo con mayor número de funcionarios, así como con el mayor número de ocupaciones con alta propensión a la automatización: 78 de las 272 que lo componen. Estas ocupaciones incluyen 47.300 (18,75 %) del total de 252.200 funcionarios. Le sigue el Ministerio de Sanidad, con 26 de las 129 ocupaciones con alta propensión a la automatización, que representan 11.900 (17,9 %) del total de 66.500 servidores. Es el segundo en la clasificación.

Este proceso de automatización, que forma parte de la transformación digital de las entidades de gobierno, trata de fomentar el uso de máquinas combinadas con inteligencia humana, con plantillas especializadas y ágiles para llevar a cabo nuevas estrategias que den sentido a la innovación y la eficiencia para resolver los interminables asuntos de las organizaciones de forma más simplificada y con mejores resultados.

Hay que resaltar que la transformación digital tiene éxito dentro de las organizaciones siempre y cuando estas puedan rediseñar sus modelos, integrando personas y tecnologías para generar nuevas oportunidades. Esta capacidad de cambio no es fácil de conseguir, pero definirá qué empresas y organismos prosperarán, y destacará a los líderes del futuro.

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