Computación colaborativa
Las organizaciones que implementan tecnologías de computación colaborativa lo hacen como una forma de mejorar la productividad y creatividad de la fuerza de trabajo, permitiendo a los trabajadores individuales acceder más fácilmente entre sí y a la información que necesitan, cuando la necesitan.
La computación colaborativa surgió de las primeras generaciones de aplicaciones individuales independientes, tales como la mensajería instantánea y la videoconferencia, que tenían como objetivo superar las distancias geográficas entre las personas que trabajan juntas. Inicialmente, las tecnologías fueron vistas como una forma de imitar o reemplazar las interacciones cara a cara, al tiempo que ofrecían el valor que se obtiene al tener individuos físicamente juntos para colaborar.
Hoy en día, la computación colaborativa no solo supera las distancias geográficas para permitir que individuos remotos trabajen juntos, sino que añade capacidades que mejoran la experiencia de trabajo. La computación colaborativa puede conectar individuos a aplicaciones de software en tiempo real, para que todos puedan acceder y trabajar simultáneamente en documentos basados en texto, gráficos, archivos de diseño asistidos por computadora y otros productos de trabajo.
La computación colaborativa incluye software de colaboración empresarial y herramientas de medios sociales que permiten la mensajería instantánea y los grupos de discusión. También incluye aplicaciones de flujo de trabajo empresarial que automatizan los procesos de trabajo y ayudan a impulsar la toma de decisiones con herramientas de inteligencia de negocios y analítica. Estos tipos de tecnologías recuperan y comparten datos con las personas que trabajan juntas, quienes pueden actualizarlas o anotarlas, según sea necesario.
Las tecnologías de computación colaborativa pueden funcionar en varios sistemas operativos y dispositivos, permitiendo a los trabajadores individuales participar en sesiones de trabajo desde diferentes lugares, con diferentes equipos. Por ejemplo, dos trabajadores pueden colaborar si uno está usando equipo de videoconferencia en una oficina y el otro está usando una computadora portátil con webcam.
La computación colaborativa se basa en una sólida infraestructura de TI subyacente, como una sólida capacidad de red que puede distribuir, actualizar y almacenar tráfico de video, voz y datos en tiempo real, procedentes de numerosas ubicaciones. Los beneficios de la computación colaborativa pueden ser aumentados por las organizaciones que ajustan su cultura y procesos de trabajo para maximizar su uso.