Panorama de TI 2021 en Argentina: Borde, economía del conocimiento y fintechs

El despegue del cómputo perimetral

Foto: Agustín Duserre.

La computación perimetral o edge computing fue el primer foco de las conferencias. Este modelo es una forma de llevar al almacenamiento más cerca del lugar donde se generan los datos, es decir, contiguo a cada persona y a los dispositivos con los que se conectan.

Se estima que la práctica procesará un 75 % de los datos en los próximos años. «Las cifras del mercado mundial indican que, para 2025, habrá más de 30 millones de dispositivos IoT conectados a internet, generando información muy valiosa: más de 165 millones de GB. De esos datos, el 75 % se procesarán fuera del centro de datos tradicional, por lo que será necesario ubicar infraestructura y recursos de computación cerca de estos dispositivos, es decir, en el edge», explicó Juan José Oliver, referente en Dell Technologies.

Frente a esto, la gestión inteligente, los modelos operativos de nube y de borde de las empresas deben ser fundamentales para permitirles agregar inteligencia a la gestión, y para poder asegurar una experiencia digital de usuario óptima. En los próximos años, la tecnología de borde, IoT y 5G juntas impactarán y cambiarán la forma cómo vivimos, cómo trabajamos y cómo nos divertimos, se señaló dentro del marco de la competencia.

Fintech: ¿pueden solucionar la brecha de créditos en la Argentina?

Al día de hoy, existen 302 empresas del sector funcionando en el país y, gracias a ellas, en los últimos cuatro años casi se cuadruplicó la cantidad de empleos que hay en ese sector. «Levantas una baldosa en Argentina y aparece una fintech», comentó Julieta Caminetsky, economista y co-fundadora de Lufindo, una startup edfintech –de educación financiera– para jóvenes de Latinoamérica.

Dentro del mercado, se encuentran cada vez más usuarios que confían en el servicio y, a su vez, comienzan a cubrir las necesidades con las que los bancos tradicionales están en deuda. Entre ellas, los créditos. «Los créditos al sector privado respecto al producto son muy bajos, rondan un 14 %, mientras que en Brasil está al 50 % y en Chile al 76 %. No existe el crédito en Argentina para una inversión privada», aseguró Damian Di Pace, periodista y economista argentino.

En este camino, las fintech, con una expansión cada vez más grande en el país, sobre todo en zonas vulnerables, permiten a quien no es sujeto de crédito, la posibilidad de tomarlo.

Pero no solo eso, sino que los créditos fintech tienen una ventaja sobre los tradicionales: al conocer bien al cliente, pueden hacer una segmentación y aplicarle una tasa diferenciada a cada persona. «Las fintech saben a qué hora te despertás, a dónde vas, dónde consumís y si sos un buen pagador, por lo que se aseguran si tu tendencia va a ser devolver o no», finalizó Caminetsky.

Economía del conocimiento y fuga de talentos

La fuga de talentos es el enemigo contra el que pelea la economía del conocimiento en Argentina, y por el que el país podría perder hasta 300 millones de dólares por año.

Otro de los temas que incluyó la agenda fue el de la economía del conocimiento, que representa una oportunidad tanto para las empresas, como para el empleo, sobre todo en las áreas de informática y software. «En Argentina, en los últimos 20 años, pasamos de 20 mil empleos a 120 mil, y nuestras perspectivas para el 2030 apuntan a tener 500 mil empleos», explicó Sergio Candelo, presidente de CESSI, la Cámara de la Industria Argentina del Software.

Para motivar y dar lugar a estas oportunidades frente a un contexto que demanda talento constantemente, tanto el gobierno –con la iniciativa Argentina Programa, que ya cuenta con más de 300 mil inscriptos–, como las empresas trabajan en la capacitación de miles de personas que buscan cambiar su vida a través de un empleo estable.

Pese a ello, el indudable talento que existe en Argentina está siendo cada vez más atraído por empresas extranjeras, algo que genera no solamente la fuga de los recursos más capacitados, sino también una situación en la que éstos dejan de contribuir con el país. «Si solo el 10 % de los seniors se fueran, que es poco a lo que está sucediendo al día de hoy, en equivalencia se perderían –entre impuestos a las ganancias, aportes y contribuciones– unos 300 millones de dólares por año», cerró Candelo.