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La tercera generación de código bajo

Hace tiempo que se reconocen los beneficios del código bajo. En la actual era de la Industria 4.0, en la que la digitalización es clave para recopilar datos y optimizar los procesos, las empresas necesitan evolucionar al mismo ritmo.

La escalabilidad del código bajo ha suscitado preocupación, ya que algunos desarrolladores sugieren que su utilidad es limitada en entornos tecnológicos complejos. Martin Thunman, cofundador y CEO de Crosser, empresa experta en análisis de borde, explica que la próxima generación de bajo código puede superar estas preocupaciones.

Martin Thunman

“Uno de los resultados que resulta más inmediatamente aparente tras los dos años de pandemia mundial es el aumento de las tecnologías digitales. Ahora, mientras las empresas se reorientan en respuesta al cambio, estamos entrando en una nueva era digital. Sin embargo, la ambición de adoptar la digitalización conlleva sus propios retos. Lo que estamos viendo en toda la industria es una brecha en la entrega de TI”, afirma Thunman.

Según el reporte Connectivity Benchmark de Mulesoft, el número de proyectos que se pide entregar a los equipos de TI ha aumentado un 40 % desde antes de la pandemia. El informe también revela que más de la mitad de estos proyectos no se entregan a tiempo.

Entra el código bajo

Las plataformas de código bajo existen desde hace una década y permiten acelerar la entrega de proyectos con un mínimo de codificación manual. Sin embargo, a pesar de no ser una tecnología nueva, el CEO de Crosser considera que los desarrollos de bajo código podrían hacer que 2022 sea su año para brillar de verdad.

Ha habido varias generaciones de código bajo en el pasado, que todavía tienen sus usos en la actualidad. La primera generación de código bajo (o de poca codificación) se creó para los desarrolladores profesionales, para permitirles realizar tareas más rápidamente y hacer mejoras incrementales en el software que desarrollan. Estas primeras generaciones de herramientas de bajo código aprovechaban las metodologías de desarrollo de siempre, por lo que los científicos de datos y los desarrolladores de software se hicieron con la tecnología rápidamente y la utilizaron para desarrollar una serie de aplicaciones”, cuenta Thunman.

El ejecutivo explica que la segunda generación de código bajo abrió las posibilidades de innovación a una red más amplia de profesionales, con la concepción del "desarrollador ciudadano". Esto hizo que las herramientas de bajo código fuesen mucho más accesibles para el personal ajeno a los equipos de TI y posibilitó que quienes no cuentan con desarrolladores o científicos de datos internos introduzcan o añadan nuevas funcionalidades a sus procesos de TI.

“Los desarrolladores ciudadanos que utilizan herramientas de bajo código pueden automatizar procesos con mayor rapidez y simplicidad, construyendo normalmente casos de uso de complejidad media para un pequeño número de usuarios dentro de una empresa”, dice Thunman.

Estas herramientas fueron diseñadas, en gran medida, para grupos de trabajo más pequeños, lo que significa que la capacidad de dominar el código bajo todavía no estaba realmente disponible para todos. Todavía era necesaria la intervención de diversos expertos técnicos para que los casos de uso construidos con la segunda generación de bajo código fueran realmente escalables, interoperables y más complejos. Y ahí es donde entra en escena la tercera generación.

La siguiente generación

El CEO de Crosser señala que los avances que vemos hoy completan la trilogía de generaciones de código bajo: “En esta última generación, estamos viendo lo mejor de ambos mundos: herramientas que facilitan flujos de trabajo de simple a alta complejidad, que son accesibles para cualquier persona en la empresa. La velocidad y la gobernanza están bien equilibradas, lo que significa que una empresa puede acelerar la innovación sin necesidad de una compleja codificación manual”.

La tercera generación de código bajo fomenta un entorno más colaborativo, en el que los expertos en la materia pueden aportar sus conocimientos para la construcción de un caso de uso, entender lo que se está construyendo a medida que se crea y continuar de una manera intuitiva para su propia área de experiencia. El objetivo final de la próxima generación de código bajo es dar la capacidad de innovar a prácticamente cualquier persona de una organización.

Estamos asistiendo a una tendencia a la componibilidad, que Fabrizio Biscotti, vicepresidente de investigación de Gartner, ilustra: "Aunque el desarrollo de aplicaciones de bajo código no es nuevo, la confluencia de las disrupciones digitales, la hiperautomatización y el auge de los negocios componibles ha provocado una afluencia de herramientas y un aumento de la demanda". Las empresas quieren los bloques de construcción para innovar, lo que la tercera generación de bajo código puede proporcionar.

Martin Thunman dice que el bajo código ha sido una tecnología en crecimiento durante varios años, pero ahora, más que nunca, las empresas deben dar a conocer su importancia. “A medida que un mayor número de empresas pretenda ampliar sus planes de digitalización, dotar a todos los miembros de la empresa de una herramienta utilizable y escalable será fundamental para construir los bloques para la innovación”, concluye.

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