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En Argentina se profundiza la fuga de talento de TI
La exportación de servicios basados en el conocimiento en Argentina ha caído este año, lo que está produciendo una fuga de cerebros, especialmente en TI, dice la asociación Argencon.
En 2020, la economía bajo pandemia acentuó la modalidad del teletrabajo, la digitalización de las cadenas de valor, la necesidad de mayor análisis de datos en todos los sectores, la robotización, el comercio y el dinero electrónico, la telemedicina, la educación remota, las comunicaciones y el impacto transversal que las nuevas tecnologías tienen sobre la productividad del resto de las actividades públicas y privadas.
Una consecuencia de estos cambios es el constante crecimiento de la incidencia de la Economía del Conocimiento (EdC) en el comercio mundial. La economía del conocimiento refiere a un conjunto de actividades económicas que requieren un intensivo aporte del conocimiento humano para generar valor y ofrecer a la sociedad nuevos productos y servicios, que pueden ser aprovechados por todas las ramas de la producción. Algunas de ellas son la industria del software, producción o posproducción audiovisual, biotecnología, servicios geológicos y de prospección, servicios relacionados con la electrónica y las comunicaciones, servicios profesionales, nanotecnología y nanociencia, industria aeroespacial y satelital o tecnologías espaciales.
A fines de 2020, la exportación global de servicios basados en conocimiento alcanzó un récord histórico de participación, con el 11,15 % de las exportaciones totales, lo cual implica un fuerte incremento de 0,8 puntos para un solo año. En Argentina, no se verifica un crecimiento similar a la tendencia global. La participación de la EdC en las exportaciones nacionales a junio de este año cayó al 8,2 %. Este valor está lejos del récord de participación, que fue de 9,6 % en diciembre de 2017, cuando las exportaciones alcanzaron U$S7.335 millones.
Según Luis Galeazzi, director ejecutivo de Argencon, esta notable pérdida de valor produce, entre otras consecuencias, una relacionada al talento: una significativa fuga de cerebros protagonizada por profesionales de nivel medio y alto que migran al mercado informal para cobrar sus servicios en dólares.
De acuerdo con el estudio Argenconomics, realizado por la entidad, el mercado laboral de las industrias del conocimiento compensa la fuga de talento de sus profesionales senior con la incorporación de juniors, de manera tal que el empleo total registrado –436 mil trabajadores, a marzo de 2021– se mantiene en los niveles prepandémicos y se recupera de una leve caída de ocupación que se registró a fines de 2020.
Natalia Terlizzi, CEO de Hucap, subraya que la falta de profesionales de TI ya era crítica antes de la pandemia y la demanda va a continuar creciendo a niveles exponenciales. «Esto es así porque la transformación digital es transversal a todos los modelos de negocios y estructuras», dijo.
La Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (CESSI) estima que el sector mantiene una demanda de puestos sin cubrir hace años. En 2020, aún en pandemia, la demanda del sector fue mayor que en 2019, con búsquedas laborales para cubrir unos 2.500 puestos en roles como desarrollador de software, representante de ventas, líder de proyecto, administrador de tecnología, servicios al cliente, márketing digital, soporte de TI, analista financiero y diseñador gráfico.
Desde Argencon explican que las industrias de la economía del conocimiento basan su capital de trabajo en sus profesionales. «El conocimiento no es más que el talento organizado en equipos de trabajo. Por ende, desarrollar, retener y mejorar la calidad de sus colaboradores es el valor esencial de estas industrias».
El ecosistema ha sido capaz de formar y desarrollar cientos de miles de profesionales de alta calidad que son reconocidos en todo el mundo, y que hoy son el cimiento de las industrias que representan el tercer rubro exportador del país. «Sin embargo, aunque sea una paradoja, esta cualidad se ha vuelto una amenaza para el sostenimiento del propio ecosistema», puntualizan.
Una fuga desde casa
El fenómeno que se repite es que los profesionales de TI venden directamente sus servicios a clientes en el exterior para efectivizar «el valor pleno» de sus servicios en dólares. En este caso, la fuga de cerebros no requiere la emigración física de los profesionales sino, simplemente, su pase a un formato paralelo que les permite ser contratados desde el exterior.
Esta situación se potenció con la irrupción de las «plataformas freelance», que sistematizan el mecanismo de contratación de servicios desde el exterior, ofreciendo todos los instrumentos necesarios: los clientes, los medios de pago, los contratos, las ofertas, la intermediación en el pago de los servicios, etc.
«En algunas industrias, como la informática, el problema ya tiene una escala muy significativa. Es conocida la dificultad para contratar nuevos programadores y especialistas informáticos, ya que la generación de nuevo talento de nuestro sistema educativo es inferior a la demanda anual. Para las empresas de este sector, la retención del talento es cada vez más problemática porque ahora no solo deben competir entre sí, dentro del mercado formal, sino con la fuga de empleo al mercado paralelo», concluyen desde la entidad.