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El modelo de operador de red neutral evoluciona, pero no desaparece

Conozca los fracasos y ventajas del uso de un modelo de negocio que llegó al Perú con fuerza a través de la Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica en el 2014. Hoy, son los grandes grupos privados los interesados en una modalidad ligada al compartimiento de infraestructura para reducir costos.

En el Perú, debido a las dificultades geográficas producto de su variedad de pisos altitudinales, llevar internet a las zonas rurales fue siempre muy costoso y complicado. Cuando empezó el presente siglo, sólo las ciudades de la costa tenían una red de fibra óptica que permitía una velocidad decente de internet. Entonces, se ideó un plan que tomó forma en 2011 y se convirtió en ley en 2013: impulsar el tendido de fibra óptica con fondos públicos para llevar internet a todas las provincias.

El modelo elegido fue crear una asociación pública privada para tender una red neutral, es decir, montar la fibra y no dar el servicio, sino que los operadores de telecomunicaciones interesados paguen por su uso para el transporte de datos. El Estado cubriría el costo de la red a 20 años y un operador neutral –ganó el grupo mexicano Azteca– ejecutaría la obra y le daría mantenimiento. Azteca se encargaría de buscar clientes –otros operadores, quienes darían el servicio–, y el Estado pagaría todos los meses por el mantenimiento y devolvería el costo del montaje de la red (unos US$350 millones).

La Red Dorsal de Fibra Óptica estuvo lista a tiempo, en 2016, pero no consiguió suficientes clientes: en el mejor de los casos, se usó el 10 % de su capacidad instalada. Los 13.600 Km de fibra conectarían 180 capitales de provincias y debían enlazarse con los 21 proyectos de redes de fibra regionales que implicaban desplegar más de 24 mil Km de fibra, que llegarían a los distritos de dichas provincias. Los proyectos sufrieron múltiples retrasos en su ejecución y, hasta el momento, solo hay 11 de esas redes de transporte operativas. Además, los operadores privados empezaron a tender sus propias redes de fibra –ya superaron los 90 mil Km– por lo que no necesitan contratar la Red Dorsal en más del 60 % de su extensión.

Todos los expertos del sector en el país coinciden en que el modelo fracasó. Eso conllevó a que, para 2021, se usaba menos del 5 % de la capacidad de la Red Dorsal, y por eso se resolvió el contrato con Azteca, quien venía intentando competir con operadores privados que manejaban tarifas flexibles, mucho más bajas, mientras la de ellos era hasta cinco veces superior y no podía alterarse. El Estado ha asumido temporalmente el mantenimiento de la red desde 2022, y se encuentra diseñando un nuevo concurso para seleccionar otro operador bajo un modelo más flexible.   

Carlos Huamán, director de DN Consultores, sostiene que, hoy en día, está claro que el camino para reducir la brecha es impulsar el despliegue de las redes privadas, que representan más del 80 % a nivel nacional y manejan costos de implementación mucho más económicos que los existentes algunos años atrás, cuando se tendió la Red Dorsal. Hay regiones donde existen cinco competidores y no se necesita un operador con capital estatal, pero otras tienen muy poca oferta. Perú es un país de contrastes porque, si bien nueve de cada diez peruanos tienen acceso a internet, 87 de cada 100 centros poblados están desconectados. Se trata de comunidades rurales pequeñas ubicadas en zonas poco accesibles, y conectarlas constituye el gran desafío por atender en el país. La discusión es relativa al modelo que se debe aplicar para llegar a ellas.

¿Es hoy viable un operador neutral?

Durante el evento Fiber Connect LATAM en Perú, un panel abordó la viabilidad o conveniencia de tener un operador neutral en mercados latinoamericanos. En su intervención, Ignacio Nores, socio de Serac Partners, destacó que la competencia en Perú es intensa en zonas urbanas, y es habitual encontrarse con tres rivales de FTTH (fibra directa al hogar, por sus siglas en inglés), pero en zonas rurales no. En las grandes ciudades del Perú ya hay unos dos millones de clientes, y se puede conectar otros dos millones más en los próximos cinco años, lo que permitiría llegar a un 70 % de conexiones con fibra, pronosticó. A nivel local, existen modelos mixtos: operadores que despliegan fibra y brindan servicios, y otros que montan fibra y la alquilan a terceros, añadió.

¿Es viable y conveniente continuar con la figura de un operador neutral en el país? La tendencia internacional de tener una empresa que solo despliega infraestructura viene creciendo, en la medida en que permite lograr eficiencia en el gasto. Ya no solo se piensa en la existencia de “torreras” –empresas que montan antenas para telefonía móvil y las alquilan a las telco–, sino que crece también la figura de un operador que despliega fibra para que otros la utilicen. Aunque tienen distintos orígenes, unos más independientes que otros, su presencia en todo el continente avanza, comentó Nores.

Diego Ros, director asociado de SmC+, comentó que el aporte del operador neutral es ideal para zonas de menor densidad poblacional, donde la inversión es alta y es casi imposible llegar para los operadores de telecomunicaciones. Para reducir la brecha digital a una buena velocidad se requiere de esta figura, remarcó. Pero también puede tener lugar en otras geografías con mayor competencia, añadió.

Gilles Pons de Vier, gerente general de Andean Telecom Partners (ATP), explicó que un operador neutral es una salida importante para hacer más eficientes los gastos también en zonas urbanas. Hay empresas que tienen un buen modelo de negocio, pero no tienen capacidad de despliegue; algo de nicho, por ejemplo, a los que les conviene que otro tienda la red y ellos paguen por usarla. En tiempo récord, dijo, pueden montar un negocio rentable con un mejor retorno de inversión.

Los panelistas coincidieron en que hay espacio para compartir infraestructura, tener operadores neutrales y ampliar la variedad de oferta en distintas zonas del país. Por ejemplo, en Lima, capital de Perú, hay un operador pequeño relativamente nuevo, Waoo, que también ofrece internet en otras regiones y que ha llegado a un acuerdo para usar la fibra óptica de PangeaCo para atender varios distritos limeños. No gastarán en montar fibra porque tienen con quien contratarla.

PangeaCo fue creada en 2020 por Telefónica, con el objetivo de que manejara la fibra óptica del grupo en el país. En julio del 2023, anunciaron la venta de 64 % de su fibra a KKR y Entel Perú, quien planea usar esa fibra para ofrecer el servicio de TV paga. El regulador, Indecopi, debe darles pronto el visto bueno para concretar la venta.

Entel, desde que llegó al Perú, hace diez años, ha centrado su inversión en el servicio móvil –despliegue de antenas incluido– y fue cliente de la Red Dorsal, porque no le interesaba gastar en montar una red de fibra óptica. Ahora apuesta por un modelo híbrido, recurriendo a distintas modalidades, con algo de infraestructura propia y algo rentada.

Tras el susto por el fracaso de la Red Dorsal, podría creerse que ya no hay lugar para ese modelo, o que prima el temor. Pero los panelistas coincidieron en que la red neutral tiene un rol y prevalecerá en toda la región, aunque como un negocio en permanente evolución. Algunos serán vinculados a las telco, por tener los mismos socios; otros serán totalmente independientes, pero sin duda primará ese modelo de rentar o compartir todo tipo de infraestructura (antenas, centros de datos, fibra u otros) para lograr costos más eficientes.

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