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¿Cómo pasar de Web2 a Web3? Un desafío para el Gaming
La nueva iteración de la web abre un abanico de posibilidades para pensar un mundo digital descentralizado y con el poder en manos de los usuarios, que revolucionará las plataformas web.
Según destaca un informe elaborado por Dapp Radar, la transición de los juegos Web2 a los juegos Web3 está en lenta, pero en firme marcha: el reporte estima que la actividad de juegos blockchain aumentó un 2.000 % en el primer trimestre de 2022, en comparación con el mismo período del año anterior. Aún en su infancia, los juegos Web3 y los proyectos de metaverso recaudaron unos US$2.5 mil millones en ese primer trimestre. Además, el cierre del año continuó siendo alentador para esta industria, que registró en el tercer trimestre una recaudación de US$1,3 mil millones.
La particularidad que presentan los juegos Web3 es que eliminan cualquier autoridad central de las operaciones de una plataforma o ecosistema de juego; específicamente, la propiedad de los activos de juego y la toma de decisiones. Entonces, la Web3 cambia las reglas del juego y hace que los jugadores tengan voz sobre cómo funciona, se sientan parte constitutiva de la comunidad y tengan decisión de gobierno sobre el futuro del juego.
¿De qué manera los entornos de juego Web2 pueden ingresar en esta nueva era? Dado que la Web3 es una nueva iteración del mundo digital, donde la descentralización es la norma y blockchain es el marco de acción, los juegos Web3 permiten a los jugadores un control que incluye la contribución del contenido generado por el usuario, la propiedad –como ya se mencionó– y el comercio dentro del juego. Son los llamados entornos “play to earn”, que van más allá del “jugar por jugar”.
En este sentido, a diferencia de lo que sucede en Web2, donde el atractivo está puesto en la experiencia de juego, los juegos Web3 agregan un valor adicional que llega de la mano de incentivos financieros play to earn, donde los jugadores pueden, además de jugar, ganar activos criptográficos y digitales como tokens no fungibles (NFT).
Los desarrolladores tienen diversas maneras de aprovechar la infraestructura de la Web3, pero con elementos de la Web2. Esto quiere decir que pueden sacar ventaja de tendencias ya establecidas como creadores de contenido, comunidades dedicadas o grandes bases de jugadores.
La tokenización de activos es una de las características más destacadas de los juegos Web3. Los desarrolladores pueden comenzar tokenizando los activos virtuales de Web2 en el juego, como por ejemplo armas, armaduras e indumentaria del avatar. Así, en lugar de que estos bienes sólo se puedan usar y poseer dentro del juego, los jugadores pueden también transferirlos, intercambiarlos o venderlos a otros jugadores.
“En gaming, desde hace años existe el concepto de compra de activos que mejoran la jugabilidad o dan opciones extra al usuario para la personalización”, dice Carlos Tejeda, vicepresidente asociado de Tecnología de Innovación de Media.Monks. Un ejemplo de esto, menciona, pueden ser los skins, un activo muy valorado por los usuarios y que, al tokenizarlo, “permite construir valor y utilidad en otros entornos, tal como hizo Balenciaga con Fortnite, al lanzar una colección de ropa ligada a skins del juego. Esto se puede llevar más allá si se hacen alianzas con negocios que comparten el interés de los usuarios”.
¿Cómo pueden permitir los desarrolladores que los jugadores sean dueños de los activos tokenizados? Registrándolos en blockchain. La tokenización de cualquier cosa, desde equipos hasta jugadores o marcas, puede convertirse en un gran incentivo para atraer a una nueva generación de inversores y usuarios.
Por otro lado, la creación de juegos Web2 con características de NFT puede construir un puente entre ambas webs. Esto quiere decir que los NFT se pueden convertir en la clave de acceso e identidad en el mundo de los juegos, e implica nuevas posibilidades en términos de modelos de negocios o acciones de márketing: los usuarios que adquieran dichos NFT pueden acceder a experiencias de contenido envolvente y a eventos comunitarios entre fanáticos y creadores, entre otros beneficios exclusivos.
Así lo explica Martín Blaquier, CEO de Ola GG: “Hay juegos Web2 que están buscando su transición hacia la Web3, en algo que podríamos llamar la ´Web2.5´. Se trata de casos como Castle Crush, un título al que se le agrega un layer de Web3 que hace que, si queremos acceder a ciertos features particulares, necesitemos tener un NFT que podemos ganar participando en torneos. Esto fomenta el carácter competitivo del jugador y lo premia por su desempeño. De esa manera, se busca captar a ambas audiencias y se abre una nueva forma de generar engagement y fidelizar al usuario al ofrecer experiencias únicas”.
Otro caso que destaca Blaquier es RMBL, un juego gratis desarrollado por los estudios Zencast y Aerolab, que “gamifica” un partido de fútbol en vivo. Si bien aún no cuenta con integración Web3, este juego busca incorporar un sistema de avatares que irá evolucionando a la par del accesorio principal, “el RMBL guante”, que otorga puntos de experiencia para que los jugadores accedan a premios diarios y semanales y se posicionen para participar en torneos exclusivos. Además, se planea desarrollar una lista de NFT con utilidad pensada especialmente para el público futbolero, que obtendría beneficios que van desde entradas hasta camisetas y experiencias.
Los entornos Web3 prometen revolucionar la industria y la comunidad de Juegos y tanto empresas como desarrolladores deben estar preparados para entender cómo lograr esta migración de la manera más exitosa posible. ¿Qué podemos esperar en el futuro cercano? Para Tejeda, será clave cómo se “gamificará” la vida real y cómo, a través de un teléfono inteligente, podremos integrar los hábitos y principios del gaming a la vida diaria.