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¿Cómo hacer la transición a la nube? Siete mejores prácticas
La migración a la nube ofrece numerosos beneficios, pero también tiene sus inconvenientes. Si sigue estas mejores prácticas, creará una base sólida para un plan sistemático que lo preparará para el éxito.
Es fácil identificar las razones por las que una organización migraría a la nube. Sin embargo, los conceptos y las prácticas necesarios para lograr una migración a la nube pueden ser difíciles de comprender.
La experiencia de cada organización con la nube será única, dependiendo de los tipos de recursos de nube que utilice y de lo que implemente en ellos. Sin embargo, las siete prácticas que se analizan aquí ayudan a establecer una base para planificar una migración eficiente y de bajo riesgo a la nube.
¿Por qué realizar la transición a la computación en la nube?
Antes de planificar una transición a la nube, es importante que las empresas identifiquen los beneficios que buscan obtener. Los motivos más comunes para migrar a la nube incluyen los siguientes:
- Escalabilidad. Los recursos ilimitados disponibles en la nube facilitan la ampliación o reducción de las cargas de trabajo según fluctúe la demanda.
- Implementación rápida de aplicaciones. Los servidores en la nube, las funciones sin servidor y otros tipos de entornos de alojamiento basados en la nube se pueden poner en marcha a pedido, lo que permite a los equipos implementar aplicaciones rápidamente.
- Infraestructura distribuida. La nube permite a las empresas distribuir sus cargas de trabajo en una amplia zona geográfica. Esto hace que los recursos de TI sean más resistentes a las fallas porque los problemas localizados, como los desastres naturales, no serán tan disruptivos.
- Gestión de costos simplificada. La mayoría de los recursos en la nube tienen un precio de pago por uso, lo que elimina la necesidad de realizar grandes inversiones iniciales en infraestructura de TI.
La importancia de cada uno de estos factores para una empresa en particular varía. Por ejemplo, un minorista cuyas aplicaciones experimentan fluctuaciones estacionales significativas en el uso podría valorar la escalabilidad más que una empresa que utiliza la nube para alojar aplicaciones empresariales internas cuyo uso es relativamente constante.
¿Cuáles son los principales desafíos de la transición a la nube?
La transición a la nube suele ser difícil por diversos motivos:
- Gran variedad de opciones en la nube. Con tantas plataformas en la nube disponibles, y tantos servicios diferentes ejecutándose en cada una de ellas, puede resultar difícil saber qué nubes utilizar. Los principales proveedores de nube pública, AWS, Google y Microsoft, dominan el mercado. Sin embargo, las nubes alternativas pueden, en algunos casos, ofrecer ventajas como mejores precios.
- Aplicaciones modificadas. Las empresas suelen depender de aplicaciones que no fueron diseñadas para ejecutarse en la nube. Es probable que deba refactorizar las aplicaciones –es decir, rediseñarlas y recodificarlas parcialmente– para que funcionen bien en un entorno de nube.
- Nuevos procesos, habilidades y herramientas. Las herramientas y estrategias de TI que funcionan localmente pueden ser simplemente inadecuadas en la nube. La nube impone desafíos únicos de seguridad, monitoreo y administración que son distintos a los de un entorno local tradicional. Por lo tanto, los desarrolladores y los equipos de TI necesitan habilidades especiales para prosperar en un entorno de nube. Puede llevar tiempo desarrollar esa experiencia.
Siete prácticas recomendadas para la transición a la nube
Los beneficios de la nube se pueden maximizar y los desafíos se pueden simplificar al adherirse a prácticas que pueden hacer que las transiciones a la nube sean más fáciles de lograr.
1. Obtenga la aceptación de la organización
La transición a la nube se vuelve mucho más sencilla cuando todos los interesados participan, incluidos los profesionales técnicos que configurarán y gestionarán los entornos de nube, así como los directivos y ejecutivos superiores, que deben respaldar la migración a la nube y gestionar los gastos temporales y permanentes que conlleva.
Los demás empleados también deberían comprender por qué la empresa se está trasladando a la nube. Como usuarios, deberían aprender cómo les beneficiará la computación en la nube, cómo las aplicaciones serán más fáciles de usar y qué curva de aprendizaje se puede esperar. Los líderes empresariales deberían preparar respuestas claras a preguntas como estas antes de embarcarse en una transición a la nube.
2. Decida qué servicios en la nube utilizará
Dada la gran cantidad de servicios en la nube disponibles –desde máquinas virtuales y contenedores, hasta almacenamiento de objetos y bloques, gestión de dispositivos IoT y más– las empresas deben determinar de antemano y de manera sistemática qué servicios en la nube son los más adecuados para sus cargas de trabajo. De lo contrario, podrían terminar implementando más tipos de servicios de los que pueden administrar de manera efectiva a la vez.
Los servicios adecuados varían de una carga de trabajo a otra y de una empresa a otra. En general, las empresas deben tener en cuenta factores como el costo de cada tipo de servicio en la nube, lo difícil o fácil que es implementar cargas de trabajo en el servicio, cómo se puede supervisar y gestionar el servicio, y si un servicio en particular puede crear riesgos de seguridad.
3. Comprenda qué no debe ejecutarse en la nube
Las organizaciones deben saber que es mejor dejar ciertas cargas de trabajo fuera de un entorno de nube. Algunas aplicaciones, por ejemplo, dependen de configuraciones de red locales que podrían ser difíciles de replicar en la nube. Otras aplicaciones podrían necesitar acceso directo a hardware físico, que es más difícil de encontrar y más costoso en la nube.
El mejor momento para que una empresa identifique qué aplicaciones no funcionarán bien fuera de las instalaciones es al principio de una transición a la nube. Planifique los pasos necesarios para modificar esas aplicaciones para que se adapten a un entorno de nube o, como alternativa, comprométase a mantener esas aplicaciones fuera de la nube.
4. Identifique nuevos riesgos de seguridad
La nube presenta desafíos de seguridad específicos. Debido a que los entornos de nube están conectados a internet de manera predeterminada, es más fácil para los atacantes localizar y explotar los recursos de la nube. Los entornos de nube también pueden ser complejos, e incluso pequeñas configuraciones erróneas, como permitir accidentalmente el acceso público a un depósito de almacenamiento confidencial, pueden tener importantes implicaciones de seguridad.
Las empresas deben evaluar cómo mitigarán estos riesgos de seguridad como parte de su plan de transición a la nube.
5. Comprenda los costos de la nube
Los modelos de costos pueden cambiar drásticamente en la nube. La computación en la nube permite a una organización pagar sobre la marcha, lo que genera ahorros iniciales en los costos y simplifica la administración de los costos en un aspecto. Pero la organización aún necesita considerar otros costos relacionados con una transición a la nube. Por ejemplo, un proveedor cobrará tarifas de salida de datos cuando un cliente transfiera datos fuera de un entorno de nube, y también podría cobrar por sus herramientas de monitoreo y seguridad.
Por estos motivos, es importante realizar una evaluación detallada para conocer cuánto costará cada tipo de servicio y recurso en la nube y buscar formas de controlar esos costos.
6. Defina los roles y la propiedad de la nube
La empresa debe identificar quién en la organización supervisará el entorno de nube. ¿Quién tiene permiso para lanzar nuevos recursos en la nube? ¿Toda la organización compartirá un entorno de nube o cada unidad de negocio o equipo tendrá su propia cuenta? ¿Los cambios en el entorno de nube deben documentarse de alguna manera?
Responder preguntas como estas antes de que comience una transición formal a la nube debería proporcionar a la empresa un plan consistente para gestionar su entorno de nube de manera responsable.
7. Planifique una hoja de ruta de la nube a largo plazo
Los entornos de nube casi siempre cambian con el tiempo. Las empresas pueden migrar aplicaciones de un tipo de servicio en la nube, como máquinas virtuales, a otro, como Kubernetes. Pueden trasladar más cargas de trabajo de las instalaciones locales a la nube o expandirse de arquitecturas de nube única a configuraciones híbridas o multinube.
Es imposible anticipar todos los cambios con antelación, pero las organizaciones pueden, al menos, crear una hoja de ruta que identifique en términos generales cómo esperan que evolucione su estrategia de nube con el tiempo. Por ejemplo, la hoja de ruta podría especificar que la empresa planea lanzar una única nube al principio y que comenzará a evaluar opciones de múltiples nubes dos años después.
Más acciones para garantizar el éxito de la migración a la nube
Cada transición a la nube es única, pero una organización puede adelantarse a muchos de los desafíos que pueden complicar el proceso de migración a la nube. El secreto es evaluar sistemáticamente los factores clave, como qué servicios en la nube utilizar, cómo asignar recursos en la nube a diferentes partes de la empresa y cómo hacer crecer un entorno en la nube con el tiempo. Las organizaciones también deben mantenerse al tanto de las tendencias más amplias que impulsan las migraciones a la nube, que podrían influir en las decisiones futuras en materia de nube.
Chris Tozzi es escritor independiente, asesor de investigación y profesor de TI y sociedad. Anteriormente trabajó como periodista y administrador de sistemas Linux.